Nota: Sermón predicado en el contexto del culto unido de las iglesias de Cristo, Managua, Nicaragua, CS, zona 4, 29/12/24
Propósito: desafiar a los congregados a unir fuerzas para crecer como iglesia, ilustrando el desafío con la historia de la iglesia primitiva, y experiencias de la iglesia en nuestro país, a fin de proponernos fortalecer la iglesia de Cristo.
Introducción:
1-
Llegué
a la iglesia de Cristo 38 años atrás. Tengo recuerdos vivos de esa iglesia:
confraternidades, campañas unidas, hombres con un liderazgo fuerte, una iglesia
que crecía constantemente.
2-
En
1988 entraron algunos programas de evangelización que beneficiaron a toda la
iglesia en nuestro país. Sin embargo,
esos programas traían consigo mucho dinero, y eso hizo que algunos comenzaran a
controlar y manipular a otros líderes. Comenzaron las divisiones y
desconfianzas, como no se había visto en nuestras comunidades de fe.
3-
Los
problemas en la Iglesia no son nuevos: la Iglesia siempre ha tenido
conflictos. Pero quiero aprovechar esta
oportunidad para desafiarlos a unirnos, no solo en físico, sino en espíritu y
en propósito, procurando, no resolver nuestras diferencias, sino uniéndonos en
nuestras afinidades.
I – LOS CONFLICTOS EN LA IGLESIA HAN EXISTIDO
DESDE SUS INICIOS.
A- Los primeros cristianos fueron los
fariseos, Hch.15:5, y los sacerdotes judíos, Hch.6:7. Los fariseos eran un
grupo religioso judío que enfatizaba la ley oral y la interpretación de la
Torá. Cuando se convirtieron al cristianismo ellos querían que los
cristianos gentiles guardaran la ley y se circuncidaran, así como ellos lo
hacían, para poder salvarse. Pablo se opuso a ellos y proclamó que la salvación
era un regalo de Dios sin coste alguno.
1-
Gálatas
1:6-7: "Estoy maravillado de que
tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para
seguir un evangelio diferente; no que haya otro, sino que hay algunos que os
perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo."
2-
Gálatas
2:4: Había también hermanos judíos
encubiertos entre los hermanos gentiles.
3-
Gálatas
5:2-3: Querían obligar a los hermanos a
circuncidarse.
4-
Filipenses
3:2: Pablo urge a los hermanos a
cuidarse de ellos.
5-
El
sectarismo de estos hermanos era tan grande, que incluso querían ver preso a
Pablo para que dejara de predicar. Fil.1:15,16.
B- Con el paso del tiempo, hubo grupos
cristianos que se separaron de la matriz paulina:
1-
Algunos
decían que la resurrección ya se había dado. 2 Ti. 2:17,18. Himeneo y Fileto, se
apartaron de la enseñanza apostólica.
2-
"los
gnósticos". El apóstol Juan combate varias de sus ideas en sus escritos,
como la dualidad, Jn.1:14,18; como resultado de la dualidad, negaron la
encarnación de Cristo, 1Jn.4:1-3. También decían que la salvación pertenecía a
quienes tuvieran el conocimiento secreto, pero Juan lo refuta categóricamente,
Jn.17:3.
C- Con el paso del tiempo, terminó
imponiéndose el movimiento comandado por el apóstol Pablo, que proclamó que la
salvación es por gracia y no tiene requisitos diferentes a creer en Jesús.
D- Los primeros cristianos enfrentaron
grandes desafíos, principalmente, luchas internas entre ellos. Posteriormente,
se formaron grandes debates por medio de temas doctrinales. El gran debate del
siglo IV sobre la deidad de Cristo entre el obispo Arrio que negaba la
divinidad y el obispo Atanasio que la defendía.
II – EL GRAN CISMA EN LA IGLESIA ACTUAL
A- La
iglesia ya no comparte como lo hacía anteriormente, no hemos oído de campañas
unidas ni confraternidades. Son más frecuentes los cultos unidos, pero esto no
se refiere específicamente a que estemos unidos como iglesia, sino solamente a
que un domingo en vez de hacer los cultos en nuestra congregación, lo hacemos
varias congregaciones en un solo lugar.
B- No
vemos la fuerte unidad entre los líderes como era otrora. Esto claramente es
señal de falta de liderazgo.
C- La
iglesia enfrenta la secularización, y lamentablemente hemos sido muy absorbidos
por ella, por corrientes ideológicas, y la banalización de la vida.
D- El
peor de los problemas es que estamos aislados, y eso nos convierte en una
iglesia débil ante los desafíos de este mundo.
III
– UN DESAFÍO PARA LA IGLESIA: ¡UNÁMONOS!
A- Unidos
somos más fuertes. Pequeñas congregaciones podemos formar una gran iglesia.
Jesús dijo: “Y ya no estoy en el mundo;
mas estos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado,
guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.” Jn.17:11.
B- La unidad no consiste en estar
revueltos, sino en tener un mismo propósito, ni siquiera en pensar lo mismo,
porque es imposible, pero sí en perseguir un mismo propósito.
1- Un
propósito sería unirnos para iniciar dos nuevas congregaciones este 2025.
2- Un
propósito podría ser organizarnos para entrenar a nuestros líderes para la obra
del señor, con seminarios, talleres, capacitaciones. Enseñar a nuestros líderes
a prepararse con las herramientas que nos ofrece la actualidad.
3- Un
propósito es formar un grupo de oración intercongregacional que se mantenga
ante la presencia de Dios clamando todo el tiempo para fortalecer la iglesia y
sus miembros.
4- UN
propósito es tener un grupo de predicadores que puedan velar con la Palabra en
todas las congregaciones que nos unamos.
5- Un
propósito es ayudar a nuestros miembros a vivir esa vida abundante que el Señor
proclama en Jn.10:10.
C- Si
salimos de esta reunión pensando que hemos estado unidos solo porque hemos
estado juntos, habremos perdido el tiempo. Hemos de irnos bajo la convicción
que de aquí en adelante la iglesia de Cristo, con nuestro esfuerzo, y el
acompañamiento del Espíritu Santo, seremos más fuertes, más grandes, más
exitosos.
Conclusión:
1-
La
historia nos muestra que la iglesia siempre ha enfrentado desafíos, tanto
internos como externos. Sin embargo, también nos enseña que la unidad en Cristo
es el motor que impulsa su crecimiento y fortaleza.
2-
Hoy, como iglesia, tenemos una
decisión que tomar: ¿seguiremos divididos, debilitados por nuestras diferencias
y desconectados, o daremos un paso hacia la unidad en propósito y acción?
3-
Unidos,
podemos vencer los desafíos de este mundo; separados, somos vulnerables. La
unidad no significa uniformidad, pero sí compromiso con un propósito común:
glorificar a Cristo, expandir su Reino y edificar su iglesia. Esto requiere
esfuerzo, sacrificio y un corazón dispuesto a trabajar juntos bajo la guía del
Espíritu Santo.
4-
Salgamos
de este lugar con una visión renovada y un compromiso firme. Trabajemos por una
iglesia más fuerte, más unida y más enfocada en la misión de Cristo. Que este
sea el comienzo de una etapa en la que, como cuerpo, reflejemos la gloria de
Dios y llevemos su luz a un mundo que tanto lo necesita. ¡Unidos en Cristo,
seremos imparables!
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