"Os recomiendo a nuestra hermana Febe, diaconisa de la iglesia de Cencreas, para que la recibáis en el Señor como es digno de los santos, y que la ayudéis en cualquier cosa en que necesite de vosotros; porque ella ha ayudado a muchos, y a mí mismo.
Romanos 16:1-2
PROPÓSITO: Reconocer la importante participación de las mujeres
en la construcción de la congregación, y animarlas a permanecer constantes en
la labor.
INTRODUCCIÓN:
1-
Las
mujeres han sido indispensables en el inicio y desarrollo de la iglesia. La
iglesia del Señor inició con la participación directa de las mujeres, tanto en
el ministerio de Jesús como en el inicio de la propia iglesia. En nuestra congregación tenemos mujeres que
han destacado por su labor en los diferentes ministerios.
2-
Pablo
fue estratega para su plan de evangelización, y una de sus estrategias fue
encontrar en cada lugar personas con liderazgo y pudientes, para establecer la
iglesia en sus casas. Incluso, bautizó a muchas personas de estas
características, 1Cor.1:14-16. Así lo hizo en todo lugar:
·
Aquila
y Priscila: Éfeso.
·
Ninfas:
Laodicea.
·
Filemón;
Colosas. Apia y a Arquipo.
·
Febe:
Cencreas.
·
Cayo
y Estéfanos: Corinto
De acá podemos entender la logística del apóstol para
la propagación del evangelio.
3 – En el
libro, “Mucho más que números”, el pastor coreano Yongie Cho, dijo que, al
organizar un plan de crecimiento para la iglesia, se dio cuenta del poco
entusiasmo de los hombres para apoyar, y que en ese caso, tuvo que recurrir a
las mujeres de su congregación. A partir
de eso, la iglesia llegó a ser reconocida como una de las más grandes del
mundo, con un millón de miembros.
I – LA IGLESIA EN
CASAS
A – En casa de Priscila y Aquila se estableció una iglesia, como se menciona en 1Corintios
16:19.
B- Filemón era el patrono de una iglesia
doméstica, Fil.2. Pablo se asegura de
nombrar a la hermana Apia y a Arquipo, que eran colaboradores de Pablo.
C – Para que una
iglesia inicie en un hogar debe contar con la participación total de la esposa,
si no, no funciona.
II – MUJERES EN LAS
IGLESIAS DOMÉSTICAS
A - Priscila parece haber tenido un papel
más destacado que su esposo Aquila, ya que, en 4 de 6 menciones, su nombre aparece en primer
lugar. (Ro.16:3; Hch.18:2,18-26; 2Ti.4:19; 1Cor.16:19).
B- Febe es diaconisa y “prostates”[1], Ro.16:1, protectora de la iglesia,
patrona, Ro.16:2. Es alguien que ayuda, que protege, que preside, alguien que
está adelante, que gobierna, que se ocupa de los demás.
C- Las mujeres, como María, Pérsida, Trifena y Trifosa, trabajan activamente en la
iglesia, como se menciona en Romanos 16:6,12. Pablo las describe como que han “trabajado hasta el cansancio” por la
iglesia, según el verbo que utiliza, κοπιώσας, de κοπιώ. La misma
palabra que utiliza para referirse al trabajo suyo y al de otros colaboradores,
1Cor.15:10; 16:16; Gál.4:11; Fil.2:16; Col.1:26; 1Tls.5:12.
D- Se piensa que el
nombre “Junias” se refiere a una
mujer que posiblemente era “apóstol”; Ro.16:7, lo cual, de ser así, reproduce
inmensamente, la preponderancia y el trabajo que ejercieron en la iglesia
primitiva las mujeres.
E- Evodia y Síntique fueron muy
influyentes en su época de amistad colaboradora, y su trabajo es descrito con συνεργῶν, (se traduce como "colaborando" o
"trabajando juntos". Se deriva del verbo "συνεργέω" que
significa "cooperar" o "trabajar en conjunto), colaboradoras, muy trabajadoras en la iglesia,
Fil4:2,3.
III – SE SALVARÁN
ENGENDRANDO HIJOS, 1Ti.2:15
A – La maternidad se considera clave en el contexto del
cristianismo primitivo, tanto que Pablo dice que “las mujeres se salvarán
engendrando hijos”. La palabra "τεκνογονίας", “engendrar”, es una
palabra neutra en género y puede aplicarse tanto a hombres como a mujeres. Se
refiere al acto de engendrar descendencia en general, independientemente del
género del individuo que lo realiza.
B – Es muy claro que
esta idea fue aplicable en aquel contexto de la sociedad del primer y segundo
siglo de la era cristiana. Pero debemos destacar la importancia que Pablo le da
a la maternidad en el plan de la salvación.
C- Queridas hermanas,
quiero animarlas en esta ocasión a continuar en el papel de crianza de sus
hijos, bajo los principios y valores del Señor. Entre nosotros, el papel
destacado de una madre será cuando esta ayude a sus hijos a mantenerse en la
Salvación.
CONCLUSIÓN:
1-
En
abril tuve la oportunidad de visitar Carolina del Norte para ver a mis
hijos. El domingo fuimos a una iglesia
hispana. Me llevé una grata sorpresa cuando vi a un hombre que yo conocí en el
pasado, un vecino, hijo de la mujer que me evangelizó. Lo vi muy atento en el
culto, cantando, tomando notas, claramente entregado al servicio de adoración.
Han pasado casi 35
años desde que lo vi por última vez acá en mi barrio, y no puedo dar un gran
testimonio de él mientras vivía acá. Pero el domingo 14 de abril, me encontré
con un hombre completamente distinto al que conocí: un buen cristiano, muy
fiel, participativo y cariñoso. Y lo más importante que él me dijo fue que toda
su conversión se la debía a su madre que lo había encaminado, casi a la fuerza,
a los caminos del Señor. Ella ya no está
viva, pero su fe continua a través de su hijo.
2-
Queridas
hermanas, ustedes son importantes en la iglesia del Señor, y Dios les dio el
privilegio de participar con él en el precioso don de la vida. Nunca olviden su
importancia y la responsabilidad que esto significa.
3-
Además,
recuerden lo fundamental que son para el crecimiento de la Iglesia, tanto loca
como universal. Dios bendiga en grande a
las siervas que se han dedicado con pasión a la obra de nuestro querido Señor.
[1] En
el contexto del Nuevo Testamento, un patrón o patrona se refiere a una persona
con un cierto estatus social y económico que ejercía influencia y brindaba
apoyo a otras personas. Algunas
características de los patrones/patronas en el Nuevo Testamento:
Eran personas acomodadas,
a menudo mujeres, que tenían recursos y propiedades. Por ejemplo, Lidia, una
comerciante de púrpura, que acogió a Pablo y sus compañeros en su hogar (Hechos
16:14-15).
Patrocinaban o apoyaban
económicamente a predicadores, misioneros y otras personas que se dedicaban al
trabajo religioso y comunitario. Por ejemplo, Febe, quien era diaconisa y ayudó
a Pablo (Romanos 16:1-2).
Utilizaban su influencia y
conexiones para facilitar la labor de predicación y expansión del cristianismo.
Por ejemplo, Priscila y Aquila, que acogieron y enseñaron a Apolos (Hechos
18:24-26).
Abrían sus casas para que
se llevaran a cabo reuniones y cultos de la naciente iglesia cristiana en los
primeros siglos.
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