Romanos 16:1,2
Propósito: Reflexionar sobre el
servicio activo y comprometido de Febe en la iglesia primitiva, usando el texto
y el contexto de Romanos 16:1,2, para motivar el espíritu de Febe en nuestra
congregación.
Introducción:
1-
Hoy nos reunimos para
reflexionar sobre la vida de una mujer extraordinaria en la historia de la
iglesia primitiva: Febe. Su nombre puede que no sea tan conocido como el de
algunos apóstoles, pero su impacto y testimonio resuenan a lo largo de los
siglos como un faro de servicio, valentía y devoción.
2-
A través de la vida de Febe,
podemos aprender lecciones poderosas sobre el servicio, la humildad y la
importancia de ser instrumentos en las manos de Dios.
I - FEBE,
UNA DIACONISA EJEMPLAR
A- En Romanos 16:1-2, se
nos presenta a Febe[1]
como una diaconisa[2] de
la iglesia en Cencreas[3].
Su papel no era meramente ceremonial, sino de servicio activo y comprometido.
Febe no solo era reconocida por su título, sino por su labor efectiva y su
impacto en la comunidad cristiana.
1-
La distancia entre Cencreas y
Roma se ha calculado entre 1200 a 1300 kilómetros, el viaje se hacía entre mar
y tierra, y por supuesto, para una mujer no debió ser fácil, pero eso habla de
la disposición de Febe por la obra del Señor.
2-
Cencreas era un puerto
económicamente muy activo, y por eso, Febe pudo ser comerciante. Los
comerciantes tenían un trabajo itinerante, de un lugar a otro, y el viaje de
Febe posiblemente tenía, en primer lugar, el propósito de entregar la carta de
Pablo a los romanos, y en segundo plano, su actividad comercial. Pero por lo
que se dice de ella, su misión espiritual debió ser la razón más poderosa.
B- Como diaconisa, Febe ejemplificaba los valores de humildad,
servicio y dedicación. Su vida era un testimonio vivo del amor de Cristo y su
disposición para servir a los demás.
C- Carmela era una mujer joven de nuestra congregación, asistía
regularmente a los cultos y era puntual en las reuniones. No obstante, Carmela
parecía satisfecha con tan solo congregarse, ya que cuando se le pedía su
participación en algo, se justificaba y decía que ella colaboraba una vez y que
buscáramos a otras hermanas para el mismo asunto, de esa forma no solo ella
estaría con esa responsabilidad, aunque lo que se pedía de ella quizás era solo
poner la cafetera a funcionar.
D- Flor también es miembro de nuestra congregación, pero ella tiene
una actitud proactiva: sin pedirle su colaboración, ella siempre se levante de
su cómoda silla y se pone a la disposición para ayudar en las actividades que
se requieran. Lo hace siempre así, espontáneamente. Flor es una pequeña Febe en
nuestra comunidad de Fe. Es el mismo caso de Raquel, siempre sirviendo y
apoyando en todas las actividades en las que se requiere de servicio.
II - FEBE,
UNA COLABORADORA VALIOSA
A-
Pablo la recomienda a la
iglesia en Roma, destacando su labor y su importancia en el ministerio. Febe no
solo ayudó a muchos, sino que también apoyó a Pablo en su obra misionera. Su
colaboración fue fundamental para el avance del evangelio y el fortalecimiento
de las comunidades cristianas. Según Rafael Aguirre, (2009) Febe era
“protectora”, o “patrona” de la iglesia. Esta denominación indica que ella era
una mujer de recursos, que podía aportar a la obra misionera, el mismo apóstol
Pablo recibió de Febe apoyo para su trabajo evangelizador, (p.89). Según el contexto, histórico y
literario, Febe era una mujer pudiente, “prostates”[4],
y era esto lo que le permitía apoyar a Pablo como a la obra misionera.[5]
B-
Febe no buscaba reconocimiento
ni posición, sino que su motivación era servir a Dios y a su prójimo con
fidelidad y entrega. Su ejemplo nos desafía a ser colaboradores valiosos en la
obra del Señor, dispuestos a dar lo mejor de nosotros por amor a Cristo.
C-
En una ocasión, mientras
visitaba una pequeña iglesia al sur de Florida, me encontré allí con una mujer
con la cual compartí muchos momentos especiales en mi país, cuando asistíamos
ambos a las clases de jóvenes. Me contó
un poco de su participación en la iglesia, y aproveché para preguntarle por
otra hermana que también tenía prestigio como evangelizadora. “¡Ah, María
Eugenia! Sí, nos vamos a mudar a Orlando, ella va avanzando y predicando,
mientras yo llego para reunirnos y seguir en la obra del Señor”. Esas palabras
me dejaron helado. ¡Mujeres evangelizando
de una manera apasionada, comprometidas con la obra del Señor!
III - FEBE, UN MODELO DE VALENTÍA Y FE
A-
En un contexto donde las
mujeres no siempre eran valoradas o reconocidas, Febe se destacó por su
valentía y su fe inquebrantable. Su disposición para servir en un rol de
liderazgo en la iglesia es un testimonio de su confianza en Dios y su llamado.
B-
A través de Febe, vemos que la
fe no conoce límites ni barreras. Su ejemplo nos desafía a confiar en Dios, a
seguir sus designios con valentía y a servir con pasión y entrega, sin importar
las circunstancias.
C-
Nuestras iglesias necesitan
más Febes, que luchen, que amen al Señor, que estén dispuestas a apoyar la
obra.
CONCLUSIÓN
1- En la actualidad vivimos momentos de ideologías feministas que procuran
empoderar a la mujer en contra del hombre. Febe hacía equipo con los hombres,
los apoyaba, financiaba, y hacía el mismo trabajo que ellos en la obra
misionera.
2- Febe, la diaconisa valiente y fiel, nos deja un legado de servicio,
humildad y fe inquebrantable. Su vida nos inspira a ser instrumentos de amor y
gracia en manos de Dios, a servir con pasión y entrega, y a confiar en su poder
para obrar a través de nosotros. Que su ejemplo nos motive a seguir sus pasos,
a ser colaboradores valiosos en la obra del Señor y a vivir con valentía y fe
en medio de los desafíos de la vida cristiana.
3-
Que la historia de Febe nos
recuerde que, en las manos de Dios, cada vida tiene un propósito y un llamado
único. ¡Que su legado de servicio y valentía inspire nuestras vidas y nuestras
iglesias hoy y siempre! ¡Amén!
Referencias bibliográficas
Aguirre, R. (2009) Del movimiento de Jesús
a la iglesia cristiana. Editorial Verbo Divino
[1] "Φοίβην" se
refiere a la figura mitológica de Febeo o Febe, que en la mitología griega era
la diosa de la luna y hermana de Helios, el dios del Sol. Su nombre proviene
del griego antiguo y significa "brillante"
o "radiante", haciendo
alusión a la luz que refleja la luna en el cielo.
[2] El acusativo griego "διάκονον",
que se traduce como "diácono/a" en español, significa literalmente
"siervo/a" o "ayudante", y puede referirse tanto a
funciones ministeriales especializadas como a roles generales de servicio en la
comunidad. En el caso de Febe en Romanos 16:1,2, se destaca que ella ha sido
una "protectora" de muchos, incluido el apóstol Pablo mismo, lo que
sugiere que desempeñaba un papel activo y significativo en la Iglesia. Aunque
no se especifica explícitamente que Febe tenía una función oficial como
diaconisa, se puede inferir por el contexto y elogios que recibe, que su labor
estaba directamente relacionada con el servicio y el ministerio en la
congregación. Por lo tanto, la interpretación de Febe como una diaconisa en un
sentido ministerial está respaldada por el contexto y elogios que se le dan en
el pasaje de Romanos. Además, tómese en cuenta que διάκονος, acá en
sustantivo nominativo, es el mismo término que se usa para referirse a diáconos
o servidores varones, como en el caso de Epafras, Col.1:7; y referente a
Timoteo como servidor de Jesucristo, 1Ti.4:6.
[3] Cencrea era un puerto situado en Grecia, cerca de Corinto. Era un
importante centro comercial y de transporte marítimo en la antigüedad,
conectando Grecia con otras regiones del Mediterráneo. Como puerto, Cencrea era
vital para el comercio y la comunicación marítima en la región, lo que la
convertía en un lugar estratégico y con una gran actividad económica.
Además de
su función como puerto, Cencrea también era conocida por su diversidad cultural
debido a la presencia de comerciantes y viajeros de diferentes partes del mundo
antiguo. Esta mezcla de culturas y la actividad comercial hacían de Cencrea un
lugar dinámico y cosmopolita.
En el
contexto de la iglesia primitiva, la presencia de Febe como diaconisa en la
iglesia de Cencrea resalta la importancia de su labor en un entorno urbano y
multicultural. Su servicio en una ciudad como Cencrea muestra su compromiso con
el evangelio y su dedicación al servicio de la comunidad cristiana en un
contexto diverso y desafiante.
[4] En el contexto del Nuevo Testamento, un patrón o patrona se
refiere a una persona con un cierto estatus social y económico que ejercía
influencia y brindaba apoyo a otras personas. Algunas características de los
patrones/patronas en el Nuevo Testamento: 1) Eran personas acomodadas, a menudo
mujeres, que tenían recursos y propiedades. Por ejemplo, Lidia, una comerciante
de púrpura, que acogió a Pablo y sus compañeros en su hogar (Hechos 16:14-15).
2) Patrocinaban o apoyaban económicamente a predicadores, misioneros y otras
personas que se dedicaban al trabajo religioso y comunitario. Por ejemplo,
Febe, quien era diaconisa y ayudó a Pablo (Romanos 16:1-2). 3) Utilizaban su
influencia y conexiones para facilitar la labor de predicación y expansión del
cristianismo. Por ejemplo, Priscila y Aquila, que acogieron y enseñaron a
Apolos (Hechos 18:24-26). 4) Abrían sus
casas para que se llevaran a cabo reuniones y cultos de la naciente iglesia
cristiana en los primeros siglos.
[5] En la lógica misionera de Pablo, la estrategia de localizar
personas pudientes que apoyaran la obra y dejarlas a cargo de iglesias, se ve
por todo el Nuevo Testamento, Ro.16:3, Fil.1,2, 1Cor.16:19, etc. La iglesia que
se reunía en Cencreas perfectamente pudo ser la casa de Febe, considerando su
posición económica.
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