1. Todos queremos ser bendecidos, todos queremos que nos vaya bien en la vida, pero no todos estamos dispuestos a pagar el precio.
2.
Hay
cuatro cosas que Dios pide para bendecir nuestras vidas. “Si se humillare
mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren
mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos;
entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su
tierra.”
3.
El
contexto de este versículo es la consagración del templo por parte de Salomón,
un acto grande y de gloria para el Señor, pero en ese tiempo, Dios hace una
advertencia, si es que ellos quieren prosperar.
I -
CUATRO COSAS PIDE EL SEÑOR
A - Si:
conjunción de condicionamiento. Después de la conjunción aparecen las
condiciones. Sin el cumplimiento de estas condiciones, es imposible obtener los
beneficios.
B - Se
humillare mi pueblo… Humillarse es
quebrantarse, rendirse. Mientras no reconozcamos nuestro pecado y nos sometamos
a la voluntad de Dios, es imposible obtener beneficios de Dios.
1.
La soberbia es el freno de la
humillación.
2.
Humillarse es el gran requisito para
quedar bajo la poderosa mano de Dios, 1P.5:6, y ser exaltados en el momento
oportuno.
C - Y
oraré… La oración es algo personal.
Nadie puede hacerlo por usted, nadie puede hablar con Dios por usted. Usted
debe orar. La gente me cuenta sus
problemas, pero siempre han tenido la solución tan cerca de ellos como tienen
el corazón: orar.
1.
Deberíamos estar orando desde mucho
tiempo atrás, pero no lo hemos hecho porque no nos gusta. Hemos sido perezoso, y por supuesto, no hemos
logrado mucho en la vida.
2.
La oración es la clave del éxito,
quien la use triunfará.
D - Y
buscaren mi rostro. Dios es la
fuente de todos los recursos.
1.
El verbo buscar en este versículo
tiene el sentido de necesitar con mucha ansiedad, perseguir algo con un gran
deseo.
2.
Buscar su rostro no tiene nada que ver
con solo asistir a una reunión espiritual por semana. Se trata del deseo
inmenso de estar en su presencia permanentemente. ¡Él quiere ser nuestro máximo
deseo!
E - Y
se convirtieren… Así que,
arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que
vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, Hch.3:19.
II – LAS TRES COSAS QUE RESULTAN
A – Oiré desde los cielos:
1- El poder del Señor no ha disminuido
como para no poder salvar, ni él se ha vuelto tan sordo como para no poder oír.
Is.59:1, DHH.
2- Clama a mí y yo te responderé, y te enseñaré
cosas grandes y ocultas que tú no conoces, Jer.33:3. RV60.
B – Y perdonaré
sus pecados. El peor de los errores está
en no admitir la responsabilidad por los actos.
Es el pecado lo que mantiene al hombre en las condiciones en que está.
No es que usted tenga mala suerte, o que Dios no lo quiera, es que usted
necesita ser perdonado, necesita arrepentimiento. Si se arrepiente, recibirá el
perdón, y con ello, la prosperidad de su vida, Prv.28:13.
C - Y sanaré
su tierra. La tierra está bajo maldición producto del pecado. Nuestra vida está bajo maldición producto del
pecado. Debemos ser sanados para recibir bendiciones, para alcanzar nuestros
anhelos.
CONCLUSIÓN:
1-
Así que no se quiere arrepentir, así
que no quiere buscar la presencia de Dios, así que Dios no es su prioridad.
2-
A la cima de la vida espiritual no se
llega en helicóptero, se llega por medio de la escalera dela obediencia.
3-
No se puede ser cabeza sin dejar de
ser cola, no es algo automático, es algo que intencionalmente se busca por
medio de la obediencia, de esa forma comenzamos a mover el mundo espiritual a
nuestro favor.
4-
Busquemos al Señor con arrepentimiento
y humillación, oremos a él con todo el corazón, y él nos oirá, sanará nuestra
vida y la hará prosperar.
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