Propósito: motivar a la membrecía a participar en la evangelización loca, demostrando la urgencia que existe por ganar almas.
Introducción:
1.
De todos
los mandamientos de la Biblia, ¿cuál cree usted que es el más urgente de
obedecer? Imagínese que usted llega una noche a su casa, se siente, toma su
cena, enciende la Tele, y en ese momento su casa comienza a incendiarse. ¿Qué
hace? Su familia está distribuida por toda la casa, hay unos niños en una
habitación. ¿usted diría: bueno, se quema la casa, pero primero voy a cenar y
ver el último capítulo de la novela, y después voy a ver si puedo hacer algo? O
dice: “se está quemando la casa, que alguien haga
algo.” Por supuesto, no
seríamos indiferentes ante una emergencia.
2.
Según una
estadística, el 80% de los cristianos americanos no comparten su fe, aunque son
la nación que invierte más en misiones evangelísticas. Si hiciéramos una
estadística en esta congregación, ¿Qué porcentaje estará compartiendo el
evangelio a los perdidos?
3.
Hermano,
su casa y el mundo se están quemando, no tenemos que apagar el fuego, tenemos
que salvar a la gente. La evangelización es el medio para cumplir con nuestro
deber. Este es el mandato de más
urgencia en toda la Biblia.
I-
VAYAN Y HAGAN DISCÍPULOS, Mt.28:19
A-
Dios nos
ha incluido en el privilegio de ganar almas, algo que los ángeles quisieran
hacer.
B-
No todos
somos evangelistas, pero todos somos llamados a dar testimonio de nuestra fe.
1P.2:9: “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio,
nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las
virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;” RV60.
C-
Razones que expone la gente para
no evangelizar:
1.
Yo no soy
evangelista.
2.
No puedo
hacerlo.
3.
Me da
vergüenza.
4.
Me pueden
rechazar.
5.
¿Y si no
puedo responder?
6.
Ese lugar
es peligroso, etc.
D-
Pero hay
razones de mayor importancia para proclamar la palabra:
1.
El Señor
lo mandó a todos.
2.
Es el
resultado natural de nuestra nueva vida en Cristo, con ella hemos adquirido una
nueva conciencia respecto a la vida espiritual. Una persona que realmente ha
nacido de nuevo no puede dejar de predicar el evangelio, lo hace no por ser un
mandato, sino porque es un deseo que brota de una nueva vida en Cristo.
3.
Las
personas se perderán si no contribuimos con el mensaje salvador. Piense en sus
familiares y conocidos que aún no han obedecido, se condenarán si no obedecen.
CADA SER HUMANO ES UN ALMA QUE SALVAR, pero, “¿Cómo,
pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de
quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?”
Ro.10:14, RV60.
II-
ES URGENTE EVANGELIZAR
A-
Hay un grito en el infierno: En lo que podría llamarse el infierno actual, hay
una voz, en realidad, millones de voces diciendo: No vengan aquí. Por favor,
que alguien vaya a predicar a mi familia para que no vengan aquí. Lc.16:19ss.
La historia del rico y Lázaro confirma este grito desesperado.
Las
personas a las que testificas tienen parientes en el infierno. Cuando le das un
folleto a alguien y éste lo rechaza, piensa que su abuelo, en el infierno,
puede estar gritando noche tras noche: “Por favor, ¿podría ir alguien a
advertir a mi nieto para que no tenga que venir a este lugar de fuego”. Tú
predicas en la calle y la gente te grita: “¡Sectario, fanático! ¡Vete con tu
religión a otra parte!” En lugar de sentirte ofendido, tu corazón podría
quebrantarse al saber que si no se arrepienten, su condenación está garantizada
B- Hay un grito en el cielo:
¿Quién irá por mí? Mientras los intereses del cielo son unos, nosotros tenemos
otros: dame una casa, un buen empleo, que me vaya bien en este viaje, que mi
hijo se porte bien, que el Barsa o el Real Madrid gane el partido, etc.
Ocupamos más nuestra mente en cosas insignificantes que en lo que realmente
interesa: la salvación de las personas.
Debemos orar con pasión por las personas que no son creyentes, nuestro
familiar, amigos, vecinos, centrarnos en su salvación en nuestras peticiones. No
pidamos las cosas equivocadas. Estoy convencido que los milagros no salvan.
Muchísimas personas que han recibido uno, se volvieron indiferentes a Dios: Por
favor, ore, mi pariente está muy enfermo y puede morir, ore para que se sane.
La persona se sanó producto de las oraciones, luego al recuperarse, se olvidó
de Dios. Decidí, en próximos casos, orar para que se salven aunque se mueran.
Sentimos horror ante la idea de la muerte de un familiar, pero cuando se
sana, no nos horrorizamos porque se puede ir al infierno, lo cual es millones
de veces peor. Todo porque no tenemos conciencia de la predicación ni la
salvación. Jesús dijo: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y
anuncia el reino de Dios» (Lc. 9:60).
C- Hay
un grito en las multitudes. No esperamos que Dios nos haga soñar
con un macedonio que nos pide ayuda para ir y evangelizar a las personas. Ellas
están necesitadas de una voz de aliento y ayuda. Ayer estuve con una mujer que lloró mientras
estábamos con ella. Su historia me conmovió, ha sufrido muchísimo, pero,
¿cuántas personas hay en cada casa que tienen una historia de dolor y
sufrimiento que están esperando tu vos o la mía? Mientras hablaba con esta
mujer, recibí una llamada telefónica: pastor, quiero hacerle algunas preguntas,
¿puede visitarme? ¿Cómo puedo pertenecer a su congregación?
Jesús está en contra de la indiferencia:
tuve hambre y me diste de comer, tuve sed… las personas indiferentes son
personas sin corazón, no han sido convertidas, posiblemente se perderán también
al igual de aquellas personas que ignoran. Muchas de las personas a las que
prediquemos no escucharán, pero otras sí. Cuando una persona se entrega a
Jesús, hay una inmensa fiesta en el cielo.
D-
La mayoría de ustedes tiene sangre en
las manos, Ez.3:17-19. Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya
a la casa de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás
de mi parte. Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le
amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a
fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu
mano. Pero si tú amonestares al impío, y él no se
convirtiere de su impiedad y de su mal camino, él morirá por su maldad, pero tú
habrás librado tu alma. Cada vez que una persona que conoces muere sin que
tú le hayas predicado el evangelio, te has llenado las manos de sangre.
III- ENTUSIASTAS POR COMPARTIR LA PALABRA
A-
Recientemente
nos visitó un hermano con tanto entusiasmo por salvar almas, que hizo un gran
trabajo en los quince días que permaneció con nosotros: cuatro almas fueron
ganadas para Cristo.
B-
Algunas
veces he contado que Isabel Zamora me mostró a Jesucristo. Me convertí en 1986 por su testimonio. Ella decía “donde pongo el ojo, pongo la
bala”. Su predicación era sencilla, pero efectiva. Producto de su trabajo,
muchas personas llegaron a Cristo. Dio fruto y su fruto permanece.
Conclusión:
1.
Cuando
llegue a la eternidad, si Dios lo llamará al frente, y luego dijera: pasen al frente todos los
que están aquí por esta persona, ¿cuántas personas pasarían?
2.
Todo
cristiano verdadero es evangelista desde el punto de vista que disfruta de la
gracia y quiere compartirla.
3.
Según la Oficinas
de censo EEUU, el promedio de
muertes por minuto es de 105, por hora 6,322, por día 151,729 personas.
¿Cuántas partirán al infierno hoy? La gran mayoría de ellas. Pero tú puedes
hacer la diferencia. También esta misma oficina estima que nacen en promedio
367,000 personas por día, unas 212,920 más de las que mueren. Por cada persona
que muere, nacen un promedio de 2.38 personas, más oportunidades para
evangelizar que para lamentar. Aproveche
la oportunidad.
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