Propósito: invitar a los oyentes a vivir una vida de adoración,
implementando las sencillas instrucciones de la Palabra, con el fin de alcanzar
una vida plena.
Introducción:
1.
El humo del holocausto quemado
subía mañana y tarde desde el altar del templo hasta los cielos de Jerusalén,
pero los sacrificios no llegaban hasta Dios. No había verdadera adoración.
2.
En la biblia hay un
clasificado puesto por Dios, el cual dice “Se buscan adoradores”, Jn.4:23. La
sintaxis de esta oración indica que “Dios está buscando”, la acción se efectúa
ahora y permanentemente. Dios tiene un deseo profundo por encontrar este tipo
de personas.
3.
Probablemente la razón de
porqué los verdaderos adoradores son difíciles de hallar es que adorar implica
sacrificio, y prácticamente nadie quiere ser sacrificado.
4.
Si todos entendiéramos la
grandeza y los beneficios que produce la adoración, seguramente estaríamos
adorando verdaderamente desde mucho tiempo atrás.
I - ¿QUÉ ES ADORAR?[1]
A-
La
adoración es el estado de reconocimiento de los atributos y personalidad de
Dios, centrando nuestra atención en ello.
Dicha admiración es causa de impresión, y por tal impresión, el acto de
rendición total a él, lo que en la biblia aparece como postración. ADORAR
SIGNIFICA POSTRASER. Al haber olvidado la grandeza de Dios, hemos dejado de
adorarlo y de estar postrados ante él.
B-
Significa
SERVIR. Por eso en Ap.7:15, dice que la multitud con vestiduras blancas le
sirven día y noche, es decir, le adoran. El servir o adorar al Señor requería
obediencia a todos sus mandamientos, estar dedicado exclusivamente a Él y hacer
su voluntad. Dios ve la obediencia como un acto de adoración a él, la cual se
ejerce en la vida diaria, Miq. 6:6-8,
obedecer es un acto de adoración más agradable a Dios que cualquier sacrificio.
C-
Adorar:
bajarse del trono y dejar que Dios se siente en él. No hemos estado adorando
porque somos nosotros nuestra máxima prioridad, somos nosotros los que estamos
sentados en el trono de Dios, porque somos nosotros sobre los que está centrada
toda nuestra atención.
II- ADORACIÓN VERDADERA
A-
Dios busca adoradores porque
adorar es rendirse ante Dios. No todas las vidas están rendidas ante Dios. Dios busca adoradores porque no todos quieren
rendirse ante Él.
B-
Cuando Jesús dijo estas
palabras, no se estaba adorando al Señor. Las personas discutían el dónde
adorar, Jesús vino a decirnos cómo adorar. Me pregunto si esta mañana Dios encontró
adoradores entre nosotros.
C-
Con esta enseñanza sobre la
adoración, Jesús estableció que la verdadera adoración no se sitúa en un
espacio y en una forma determinada: él enseñó que la adoración es una actitud
permanente hacia Dios.
III- CÓMO ADORAR Y RECIBIR LOS BENEFICIOS
A-
Dios no quiere adoradores de
templo, él quiere personas con ACTITUD DE ADORADORES, que permanentemente hagan
de él el motivo de sus actos, una razón para agradecer. Dios busca personas con el
corazón postrado ante él. Solo la ofrenda de Abel fue recibida porque
él la traía con la mejor actitud de agradecimiento y verdadera entrega.
B-
¿Cómo se debe adorar? El Señor
dio la clave: de un modo verdadero, conforme al Espíritu de Dios, Vs.,23,24. Verdad
en el NT se refiere a lo que es realidad en contraste con la mera apariencia o
lo opuesto a la falsedad. El
Señor no acepta ninguna adoración ficticia.
Cuando decidimos adorarlo, él examina nuestro interior. Él sabe todas
las cosas, y aunque las personas en la iglesia nos pueden ver cantando, orando,
atentos al sermón, el Señor está viéndonos por dentro, y él se da cuenta si lo
que le ofrecemos como adoración es verdadero, real, sin fingimiento,
sinceramente.
C-
Dar es adorar: Fil.4:18: “Pero todo lo he recibido y tengo
abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que
enviasteis, olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios.” Cada vez que participamos
en dar, adoramos.
D-
Ella inicia cuando abrimos nuestros
ojos.
1.
Si lo primero que hicimos fue orar
pidiendo por nuestras necesidades, no estamos adorando, porque estamos
centrando nuestra atención en lo que nos falta y no en el Señor.
2.
Si nos levantamos y vamos directo
frente al televisor, no estamos poniendo nuestra atención en el acto de adorar.
3.
Si gritamos y nos insultamos, menos
estamos adorando, provocando sentimientos de ira en el corazón.
4.
Si venimos por el camino
discutiendo por cosas banales, hemos dejado de adorar al Señor.
D-
Recibiendo los beneficios dela
adoración.
1.
En el mundo tendrán
aflicciones, pero la adoración nos ayuda a vivir por encima de esas
aflicciones. La adoración nos permite mantenernos enfocados en Dios y no en
nuestros conflictos. Cuando centramos
nuestra mente en nuestras dificultades, estas se hacen inmensas, mientras Dios
se reduce, por lo tanto, nos llenamos de angustia. Cuando solo vemos nuestros
problemas, solemos decir “Dónde está Dios, que no responde mis oraciones”. “Yo
no veo a Dios”.
2.
Al adorar tenemos la
oportunidad de tener un espíritu de agradecimiento. La gratitud es un acto de
adoración que complace profundamente a Dios. Sal. 50:8-15, 23. Así que cuando nos quejamos y vociferamos, estamos lejos de rendir
adoración a nuestro Dios.
3.
La adoración moviliza el poder
de Dios a nuestro favor. Si a pesar de
tus problemas, mantienes tus manos en alto adorando a Dios, Dios peleará la
batalla en tu lugar. Es Dios el que
lucha por ti.
Conclusión:
1.
Todo lo que se hace es para la
gloria de Dios, 1Cor.10:31, por lo tanto, todo en la vida del creyente deberá
ser una forma de adoración al Creador.
2.
Cuando Noé salió del arca, se
dispuso a adorar al Señor, ofreció un sacrificio, la biblia dice que Dios
percibió un olor grato, Gn.8:21. Según la epopeya de Gilgamesh, se dice que
Utnapishtim, el Noé mesopotámico, ofreció una ofrenda después del diluvio, los
dioses que estaban hambrientos devoraron el sacrificio vorazmente. Tanto en la
Biblia como en la mitología se enseña que los sacrificios de adoración son
percibidos por Dios rápidamente, y que estos le son agradables. En nuestra fe cristiana podemos asegurar que
Dios percibe el olor agradable de un corazón que adora. Efe 5:2 Y andad en amor, como también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.
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