OBJETIVO: Analizar algunas razones que originan el temor, el alumno deberá
localizar aquellas que le sean pertinentes, e implementar las estrategias
sugeridas para desarrollar la competencia oratoria con mucha eficacia.
Nadie
nace con temor, el temor es aprendido. Las diferentes circunstancias de nuestra
vida van marcando nuestra conciencia y formando nuestra personalidad. Hay mucha
información en nuestro subconsciente que jamás podrá ser borrada, pero sí podemos
modificar los efectos que esa información tiene sobre nuestras vidas. El temor, entonces, es algo que se aloja en nuestra memoria subconsciente y provoca estancamiento, y a veces parálisis en nuestra vida.
I
- ¿QUÉ ORIGINA EL TEMOR?
A-
No podemos
generalizar las causas para todos, pero sí podemos localizar ciertos factores
comunes que generan inseguridad, temor en las personas.
B-
Ya dijimos
que nadie nace con temor, este se aprende. Algunas razones de temor:
1.
Mientras
crecimos recibimos constante desaprobación. La desaprobación genera inseguridad: la
inseguridad de no saber si algo está bien o mal, y como resultado, no
atrevernos a hacerlo. Por lo general, nuestros padres son responsables,
adultos, o personas de nuestro entorno en la infancia. La crítica.
La crítica sobre nuestra conducta o lo que hacemos, provoca descalificación de
nosotros mismos. Cuando nos critican,
atacan nuestro ego, nuestra personalidad. Por supuesto, esto va condicionando
nuestras actitudes, si no sabemos manejar la crítica. De niños no tenemos mucho control de la
crítica que recibimos, pero de adultos, es importante que aprendamos a procesar
este tipo de descalificaciones.
2.
Algún defecto
físico. Cuando tenemos limitaciones físicas, el efecto natural es que nos sintamos inhibidos para actuar en público, ya que la limitación física ejerce un gran dominio sobre nuestra seguridad.
3. Traumas. Un
trauma es una experiencia dura que puede causar una alteración en la conducta. Este puede ser repentino, es decir, que sufrimos una experiencia traumática repentinamente, y acumulativo, que se se vive constantemente la experiencia traumática, y poco a poco, se va acumulando en nuestra memoria y finalmente, termina dando resultados nefastos en nuestra personalidad. Se pueden revertir sus efectos partiendo del
reconocimiento del problema y nuestra sucesiva dedicación a superar dicho
trauma. Puede ser mediante ayuda
profesional, por iniciativa propia, procurando informarnos lo suficiente para
superar estas barreras. La película, EL DISCRUSO DEL REY, es una clara ilustración de los daños que causan esas experiencias traumáticas constantes y la personalidad de un individuo.
4.
Todo esto
crea pensamientos limitantes que impiden el desarrollo personal.
C-
El gran
recipiente de todo lo que somos es nuestro subconsciente. Nuestra mente consciente procesa el
raciocinio, los pensamientos, las percepciones, cosas que quedan en la
superficie, mientras la mente subconsciente almacena las experiencias de vida,
los recuerdos, los traumas, los valores, los deseos, y es esta información la
que condiciona nuestra conducta. NUESTRO SUBCONSCIENTE ES LA RAÍZ DEL TEMOR.
II
- ESTRATEGIAS PARA SUPERAR EL TEMOR
A-
Reconozcamos
esta condición de temor.
B-
Intentemos
sustituir esa información con otra que nos provea una verdadera identidad.
Procuremos, al cien por ciento, tener expresiones positivas sobre nosotros
mismos.
C-
Tomemos unos
minutos para hacer el ejercicio del perdón: busquemos un lugar donde estar
solos y cómodos, de ser posible. Procuremos tranquilizar nuestra mente,
nuestros pensamientos. Traigamos a la memoria a esa persona que nos hirió o que
pensamos que limitó nuestra vida, sometiéndonos al temor. Hablemos con esa
persona en nuestra mente, diciéndole que LA ENTENDEMOS Y LA PERDONAMOS.
Tomémosla de la mano como si fuera un niño, y enseguida, pongámosla en nuestro
corazón, con la certeza que la hemos perdonado.
D-
No dejes que
tu cerebro trabaje en piloto automático, toma el control de tus pensamientos,
decide enfocarte en tu objetivo: YO PUEDO HABLAR BIEN EN PÚBLICO. En su
artículo “Cómo evitar el pánico escénico”, P. Meyers y S. Nix, dicen sobre las
preguntas que enfocan la mente:
La forma en la que controlas el enfoque del cerebro es cambiando las preguntas internas que te haces. Pregúntate cosas con una presunción implícita del mundo. Por ejemplo, la pregunta “¿Qué es lo mejor de esta oportunidad?” contiene la presunción de que hay algo positivo en ella que aún no has notado. Lo que necesitas es buscar este tipo de preguntas con presunciones poderosas. Esto hará que el cerebro produzca una mejor respuesta y un sentimiento de emoción y no de terror.
La composición de una buena pregunta es muy específica. Contiene una presunción que te fuerza a pensar en nuevas posibilidades. En otras palabras, se trata de preguntarte “¿Cómo lograré el éxito?” y no “¿Tendré éxito?”.
“No siempre puedes controlar las situaciones a tu alrededor. Pero sí puedes controlar tus creencias. Y controlar tus creencias cambiará tu estado físico y de ánimo, lo cual puede darte la confianza para hablar en público.”
E-
Repitamos,
antes de acostarnos y enseguida de levantarnos, frente al espejo, nuestra frase
diaria: YO PUEDO HABLAR BIEN EN PÚBLICO.
F-
IDEAS VARIAS,
PERO FUNDAMENTALES:
1.
Prepárese con
suficiente tiempo. El dominio del tema
lo blindará con seguridad.
2.
Practique el
discurso o repáselo con intervalos de tiempo: después de 25 minutos, 90, 120,
etc. Este repaso con intervalos de tiempo es una estrategia que ayuda a la
consolidación de las ideas en su cerebro.
3.
Antes de
comenzar su ponencia, haga ejercicios de respiración. Esto proporciona
oxigenación al cerebro, lo que facilita recordar las ideas y al mismo tiempo,
tener cierto control de los pensamientos.
4.
Visualice su
exposición, y véase en grande allí, en el estrado o donde quiera que deba hablar en público.
5.
Descanse lo
suficiente. Para lograrlo, es necesario que tenga su discurso preparado con
anticipación. Esto le dará la oportunidad de tomarse suficiente tiempo para el
descanso, incluso, antes que inicie su ponencia.
CONCLUSIÓN:
1.
Lo que
determina cómo se siente son las cosas en las que elige enfocarse.
2.
No nacemos
con temor, lo aprendemos, así que podemos desaprenderlo.
3.
Si tomamos en
serio nuestra carrera como oradores, lograremos someternos a la disciplina que
nos ayude a vencer el temor.
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