Sean buenos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, como Dios los perdonó a ustedes en Cristo. Ef.4:32
PROPÓSITO: Motivar a perdonar, según el ejemplo de
Cristo, para recibir sanidad emocional.
INTRODUCCIÓN:
1- Cuando
alguien a quien quieres te hace daño, puedes aferrarte a tu enojo, rencor, e
ideas de venganza — o elegir el perdón y seguir adelante. Las heridas más profundas
las hacen aquellos a los que amamos, por eso, elegir el perdón se hace más
necesario, porque no podemos caminar entre el amor y el enojo.
2- ¿Qué
dice la Biblia? Sean buenos y compasivos unos con otros, y perdónense
mutuamente, como Dios los perdonó a ustedes en Cristo. Ef.4:32.
I - ¿QUÉ ES PERDONAR?
A-
La palabra perdonar viene del prefijo “per” (indica
acción completa y total) y de raíz “donare”, (regalar). En otras palabras, es
el acto de completa generosidad por parte del que perdona. Un ejemplo
que nos ayuda a entender este significado es el siguiente: el origen del verbo perdonar, se refiere al acto de un
acreedor regalando al deudor todo aquello que le debe. Por eso el evangelio usa la historia de dos
deudores cuando enseña sobre el perdón:
La parábola
del funcionario que no quiso perdonar, Mateo 18:23-35
23 »Por
esto, sucede con el reino de los cielos como con un rey que quiso hacer cuentas
con sus funcionarios. 24 Estaba comenzando a
hacerlas cuando le presentaron a uno que le debía muchos millones. 25 Como
aquel funcionario no tenía con qué pagar, el rey ordenó que lo vendieran como
esclavo, junto con su esposa, sus hijos y todo lo que tenía, para que quedara
pagada la deuda. 26 El funcionario se arrodilló
delante del rey, y le rogó: “Tenga usted paciencia conmigo y se lo pagaré
todo.” 27 Y el rey tuvo compasión de él; así que le
perdonó la deuda y lo puso en libertad.
28 »Pero
al salir, aquel funcionario se encontró con un compañero suyo que le debía una
pequeña cantidad. Lo agarró del cuello y comenzó a estrangularlo, diciéndole:
“¡Págame lo que me debes!” 29 El compañero,
arrodillándose delante de él, le rogó: “Ten paciencia conmigo y te lo pagaré
todo.” 30 Pero el otro no quiso, sino que lo hizo
meter en la cárcel hasta que le pagara la deuda. 31 Esto
dolió mucho a los otros funcionarios, que fueron a contarle al rey todo lo
sucedido. 32 Entonces el rey lo mandó llamar, y le
dijo: “¡Malvado! Yo te perdoné toda aquella deuda porque me lo rogaste. 33 Pues
tú también debiste tener compasión de tu compañero, del mismo modo que yo tuve
compasión de ti.” 34 Y tanto se enojó el rey, que
ordenó castigarlo hasta que pagara todo lo que debía.
Y también lo relaciona con las deudas, Mateo
6:12: “Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a
nuestros deudores.”
B-
Perdonar no significa que estás de acuerdo con
la actitud de la otra persona, significa que renuncias a la carga emocional que
llevas en el corazón causada por esa persona.
C-
También la raíz de perdón implica el aspecto
temporal de “siempre”, o “para siempre”. “Yo les perdonaré sus iniquidades, y nunca
más me acordaré de sus pecados.” Hebreos 8:12. Quiere decir
que damos el regalo del perdón de por vida, y que nunca más haremos uso de la
ofensa como un instrumento contra otro.
D-
Muchas personas se han empeñado en abrazar
fuertemente su dolor, restregar su herida, les gusta sangrar, respirar por esa herida.
Siempre están recordando el dolor, la herida, la ofensa. Se han dedicado a ser
infelices.
E-
En este punto, es bueno recordar las palabras
del Señor Jesús: 35 Así hará también con ustedes mi
Padre celestial, si cada uno de ustedes no perdona de corazón a su hermano. CON
EL PERDÓN NO SE JUEGA, porque perdonar determina cómo seremos tratados por el Señor
en el juicio final. ¡RENUNCIE AL DOLOR, PERDONE!
II ¿POR QUÉ NOS HIRIERON?
A-
No existe una sola respuesta. Las personas
tienen diferentes motivos para herir. Pudo
ser que esa persona quiso sacar ventaja suya, o por desagradecimiento, o por
ignorancia, (muchas personas justifican lo que hacen con argumentos que para
ellas son válidos). O puede ser que usted haya dado razones para ser atacado
como lo fue.
B-
Pero, la razón principal por la cual somos
heridos por nuestros seres queridos, es para obtener un bien superior, Ro.8:28.
Lamentablemente, casi siempre tomamos las cosas por su lado más oscuro, y el
enojo nos cierra los ojos para ver algo bueno en aquello que parece malo.
1-
Las heridas fortalecen, porque nos dan
experiencia, recomponen nuestro carácter y nos maduran.
2-
Solo las personas de mentalidad fuerte aprovechan
el dolor para crecer. Las personas débiles son las que dejan las espadas
enterradas en su corazón.
III – DOS RESULTADOS: NO
PERDONAR O PERDONAR
A-
Lo que comúnmente hacemos es no perdonar, así
que esto trae consecuencias graves sobre nuestra vida:
1-
Las relaciones se rompen
2-
Perdemos nuestra salud mental porque nos llenamos
de ansiedad, estrés, depresión, y nos volvemos hostiles.
3-
Nuestro cuerpo sufre por presión arterial baja.
4-
Nuestro sistema inmunitario se debilita y
quedamos expuestos a las enfermedades.
B-
Sin embargo, cuando decidimos perdonar, los
beneficios se multiplican en nuestra vida:
1-
Las relaciones se fortalecen, porque el acto del
perdón es algo que hacemos cuando estamos en sintonía con la gracia de Dios. No perdonas
porque no has comprendido la gracia de Dios, su perdón: Procuren que a nadie
le falte la gracia de Dios, a fin de que ninguno sea como una planta de raíz
amarga que hace daño y envenena a la gente. He.12:15. No se
puede dar aquello que no se tiene o no se comprende.
2-
Nuestra salud mejora porque nuestra mente ayuda a
nuestro cuerpo a sentir bienestar.
3-
Perdonar nos hace libres.
IV- ¿CÓMO PERDONAR?
A- Reconocer
el daño sufrido. Negarlo sería igual
a clavar el dolor para siempre en el corazón.
B- Tome
la decisión de perdonar, porque el perdón es una decisión. Al decidirlo,
usted estará actuando con un corazón obediente, Ef.4:32.
C- Comprenda
la gracia de Dios, He.12:15. Deje de hacerse la víctima y crezca, madure.
D- Póngase
en el lugar del otro, quizás comprenda que usted haría lo mismo que él en
una circunstancia igual. Es lo que hizo Dios, se puso en nuestro lugar, envió a
Jesús como hombre para poder perdonarnos. De modo que se toleren unos
a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los
perdonó, perdonen también ustedes. Colosenses 3:13.
E- Exprese
literalmente su deseo de perdonar. “Perdónanos el mal que hemos
hecho, así como nosotros hemos perdonado a los que nos han hecho mal.” Mt.6:12,
DHH.
CONCLUSIÓN:
1-
No perdonaste porque decidiste enfocarte en lo
malo, comprometiste tu corazón con la amargura. Tomaste la decisión de sentirte
mal.
2-
¿En qué nos hemos convertido? La falta de perdón
inicia con una ofensa, es una semilla. Cuando te aferraste a la herida, dejaste
que esa semilla creciera, que echara raíces, que se convirtiera en un árbol
enorme.
3-
No multipliquemos el mal, cuando alguien nos ha
herido, multiplicamos el daño cuando decidimos guardar rencor, enojo, deseos de
venganza.
4-
Recuerde que no perdonar es peligroso.
5-
Dese un regalo a sí mismo: perdone.
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