¿Discípulos o seguidores?

  

Propósito: describir a la audiencia las características de un discípulo, mediante las escrituras, para motivarlos a convertirse en uno de ellos.

Introducción:

1. Mientras Jesús estuvo en el mundo, tuvo miles de seguidores, pero solo unos pocos discípulos. ¿En qué consiste la diferencia? ¿Cuál de estos dos grupos cumple con sus deberes y recibirá sus privilegios? ¿Qué soy yo y qué me dispongo a ser?

 2.       Jesús fue un verdadero prodigio de su tiempo. La cantidad de gente que le rodeaba y le seguía es prueba de esto, notemos Mt.4:25.  La conducta de Zaqueo, quien quería ver al Señor a como diera lugar, Lc.19:3,4, da fe de esto.

 

I-     ¿QUÉ ES SER UN DISCÍPULO? Ser discípulo es más que ser un creyente:

A.    Es la negación de lo que soy, siendo crucificado en la cruz del Señor, Mt.16:24.

B.    Sobre todas las cosas y ante todas las personas, prefiere a Cristo, Lc.14:25-27.

C.    Acepta y obedece la Palabra de Cristo tal como él la ha enseñado, Jn.6:66-69.

D.   Ser discípulos conlleva un proceso largo.  ¿Cuánto tiempo pasó Jesús con sus discípulos capacitándolos para crear en ellos convicciones? Más de tres años. El discípulo siempre está aprendiendo, pues esto es ser discípulo, un aprendiz. Todos los días se alimenta de Cristo y su palabra.

E.    La obediencia al Señor es parte natural del discípulo. El pastor Dietrich Bonhoeffer, que fue asesinado por los nazis en la Segunda Guerra Mundial, escribió: “Sólo el que obedece, cree”. Y agregó “La respuesta del discípulo no consiste en una confesión de fe en Jesús, sino en un acto de obediencia”. Es decir, la respuesta que damos al llamado de Dios no es de labios afuera, sino que es de obediencia. En Juan 8.31 «Jesús les dijo a los judíos que habían creído en él: —Si ustedes obedecen mis enseñanzas, serán verdaderamente mis discípulos» (BLS).

 

II-  DIFERENCIAS ENTRE EL SEGUIDOR Y EL DISCÍPULO.

A-    El Seguidor  espera ser servido, El discípulo es el que sirve.

B-    El seguidor busca el beneficio personal, el discípulo busca el beneficio común.

C-    El seguidor es espectador y no se involucra, el discípulo es participante.

D-   el seguidor quiere tener  un buen puesto, Mc.9:34, el discípulo es mandado a servir a los demás para escalar, Mc.9:35.

E-    El seguidor dice que el domingo es el día del Señor, por eso solo asiste a las reuniones los domingos. El discípulo sabe que su vida entera es del Señor, y por eso lo busca siempre.

F-    Los seguidores dan lo que pueden. Los discípulos se dan a sí mismos.

G-    Los seguidores se quedan estancados en sus conocimientos elementales de la vida espiritual, He.6:1. Mientras que el discípulo se va transformando de gloria en gloria, 2Cor.4:14.

H-   El seguidor se desanima fácil, 1Tsl.5:14. El discípulo es el que anima a los demás, Hch.14.22.

I-      El seguidor espera que le asignen tareas. El discípulo tiene iniciativa y busca siempre en qué trabajar.

J-      El seguidor se queja. El discípulo es tardo para hablar.

K-    Según lo anterior, ¿cómo se califica usted?

 

III-              PASOS QUE JESÚS ENSEÑÓ PARA SER VERDADEROS DISCÍPULOS. En Mt.19:27 tenemos el ejemplo más importante de todos: Pedro, que una vez preguntó por sus ganancias, terminó siendo uno de los seguidores más entregados al Señor. ¿Qué hicieron estos valientes hombres para llegar a ser discípulos?  Veamos:

A.    PRIMERO: «Niéguese a sí mismo» (Mateo 16.24). Consideremos esta expresión en varias versiones de la Biblia:

1.    Si alguno quiere ser discípulo mío, deberá olvidarse de sí mismo… ^{Fernando Arcas.}

2.    "El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo”… ^BL95

3.    Si ustedes quieren ser mis discípulos, tienen que olvidarse de hacer su propia voluntad... ^BLS

4.    “Si alguien quiere venir en pos de mí, repúdiese a sí mismo… ^{NM, TJ}

5.    El que quiera venirse conmigo, que reniegue (negar con instancia algo, abominar, detestar) de sí mismo…  ^SM

6.    Una versión en inglés agrega al versículo un comentario al decir: el verdadero discípulo estará firmemente unido a mí, seguirá por completo mi ejemplo de vida, y de ser necesario, también debe morir por mi causa.

 

 El verdadero discípulo renuncia a las ambiciones personales y coloca a Dios como máxima prioridad en su vida. Todo lo que el discípulo hace es con el fin de agradar al Señor y serle útil. Dios no busca anular nuestra voluntad, sino transformarla sometiéndola a Su voluntad.

 

Cuando solo pienses en Jesús, cuando lo respires, cuando tus actividades sean hechas pensando en él, te has convertido en verdadero discípulo.  Pablo lo dijo de esta manera: “y ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí.  Y la vida que ahora vivo en el cuerpo, la vivo por mi fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a la muerte por mí”. Gál.2:20.

 

Jesús confrontó el ser discípulo con los lazos familiares más íntimos.  Lc.14:25,26.  Cuando una persona ha renunciado incluso a los seres más queridos, ha dejado atrás cualquier cosa que le obstaculice su relación y  obediencia al Señor.

 

B.   SEGUNDO: «tome su cruz». La cruz representa el sufrimiento cotidiano.

1.    El camino de Jesús es angosto. El discípulo de Jesús debe estar dispuesto a ir por el camino del sufrimiento mientras sigue a Cristo. Debemos tener la convicción de que si el grano de trigo no muere, no puede dar fruto (Juan 12.24). Es saber que, en Cristo, “el que se apega a su vida, la pierde; y el que la entrega, la gana”.  

2.     Tertuliano, uno de los padres de la iglesia, dijo: “Nadie que teme sufrir, puede pertenecer al que sufrió”.  Los que oyeron por primera vez estas palabras del Señor conocían el método romano de la crucifixión, por lo tanto, entendieron muy bien cuando el Señor les dijo que cargaran con su cruz para ser crucificados en ella. En nuestro caso, muchos de nosotros no entendemos qué es llevar la cruz de Cristo.  Muchos creen que venir a la iglesia es un gran sacrificio,  ¡QUÉ ABSURDO! El sufrimiento de la cruz es negarte aquellas cosas que más anhelas. es privarte de lo tuyo para que otros lo disfruten, es perder oportunidades  mundanas  para estar bien con el Señor.

3.    Pero tomar la cruz de Jesús debe ser un acto de libre voluntad para ti.  Nadie te lo puede exigir. Mt.27:32 narra brevemente cómo Simón de Cirene fue obligado a cargar con la cruz del Señor. Y tú, ¿cargas voluntariamente la cruz o sientes  que otros te obligan a llevarla?

 

C.    TERCERO: «y sígame». No es sólo negación. No es sólo sufrimiento. Es  constancia y determinación. Es ir detrás de él, a pesar de la negación y el sufrimiento. Por eso no hay condicionamientos en el discipulado. Es entrega total. Le seguimos a donde Jesús vaya.

1.    Tomás, uno de sus discípulos, dijo: “vamos también nosotros para que muramos con él”. Jn.11:16. Estas palabras de Tomás resumen la decisión cristiana de seguir al Salvador. Para seguir a Jesús hay que renunciar. Renunciar es despojarse de cosas, conceptos y prácticas de vida que nos impiden seguir a Jesús todos los días.

2.    La mayoría de ustedes cree que es verdadero cristiano solo por venir a la iglesia un día a la semana por dos o tres horas. Estás equivocado, venir a la iglesia es solo una pequeña parte de lo que debes hacer para ser discípulo. Seguir implica la idea de ir siempre detrás de un objetivo. Varias veces he preguntado a algunas personas por qué no se congregaron, a lo que he escuchado respuestas como: porque no quise.

3.    Querido, ¿estás seguro que vas detrás de Jesús?

 Conclusión:

1.    Por un tiempo, Nicodemo quiso ser discípulo secreto de Jesús, Jn.3:1,2.  El proceso de conocer al Señor por medio de sus enseñanzas, terminó con la conversión de Nicodemo. Éste defendió al Señor ante los fariseos, Jn.7:50,51.  A la vez, ya no secretamente, sino de forma pública, enterró con amor el cuerpo del Señor, Jn.19:39,40. Nicodemo es mencionado en el relato evangélico tres veces: La primera cuando secretamente visita al Señor. La segunda cuando le defiende, y La tercera cuando definitivamente da muestras de su conversión.

2.    Este fariseo fue un religioso casi por toda su vida, pero cuando se confrontó con Jesús, hubo en él un impacto genuino, que lo llevó a la conversión. Cuando Nicodemo se encontró con el Señor dejó de ser  un religioso y se convirtió en un discípulo comprometido de Jesús.