ARREPENTIMIENTO

 


 El año 2012 tuve una experiencia muy aleccionadora.  Me di cuenta que había cometido un error. No recuerdo cuál fue, un error que quizás otra persona hubiera considerado insignificante. Para mí no lo era, me sentí realmente avergonzado. Recuerdo especialmente una tarde en la que iba en un autobús, la tristeza que sentía era tan grande que solo pude recostar mi cabeza a la ventana del vehículo.  Realmente sentía dolor por el acto cometido.  Luego pude comprender que la vergüenza que sentía provenía de Dios: “Cuando Dios los ponga tristes, no lo lamenten, pues esa tristeza hará que ustedes cambien, y que pidan perdón y se salven. Pero la tristeza provocada por las dificultades de este mundo, los puede matar.” 2Cor.7:10, TLA.

Después de leer sobre el arrepentimiento en la Biblia, me doy cuenta que la falta de este puede ser la razón de muchas calamidades y sin sabores que estamos pasando. Muchas personas vienen a la iglesia pero realmente no han renunciado totalmente a su vida anterior. Por supuesto, Dios no puede estar de acuerdo con esta conducta, él es Santo y no tiene ninguna relación con él pecado.  Él odia el pecado porque sabe que nos daña severamente, así que no puede estar de acuerdo ni aceptar a quienes realmente no han abandonado el pecado.

Es por eso que podemos estar confundidos en nuestra vida espiritual.  Decimos habernos arrepentido, que hemos confesado, porque según nosotros, Dios nos perdona, pero en el fondo, continuamos haciendo las mismas cosas. Venimos a la iglesia y no vemos ningún progreso.  Es simplemente porque no nos hemos arrepentido profundamente.  O lo hemos hecho de manera somera, sin afectar la raíz del pecado.  Nuestro arrepentimiento puede ser uno que afecte las ramas del problema, pero para el Señor es fundamental que nuestro arrepentimiento vaya a las raíces del pecado para extirparlo completamente. Es lo que pasa con muchas personas que una y otra vez pasan a reconciliarse, pero en el fondo, saben que van a seguir en su misma conducta. No sirve de nada cuantas veces estén al frente de la congregación.

La Biblia dice que Dios no puede ser burlado:  No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra. Gál.6:9, NBD. Dios sabe cuando nuestra petición de perdón viene de un corazón realmente arrepentido. Así que la raíz de muchos de los males que hemos atravesado debemos buscarla en la falta de arrepentimiento.

Uno puede lamentar una conducta, sin embargo, no estar arrepentido. Eso es lo que hacemos por lo general, pedimos perdón con pena, pero seguimos haciendo lo mismo siempre.

No podemos negar que casi a diario nos equivocamos en decisiones o conductas. Si creemos que no nos equivocamos, es porque no somos conscientes de nuestros actos, y a la postre, estos nos pueden pasar la factura. Ser inconscientes de los errores que cometemos impide que avancemos, porque cuando uno no identifica los malos pasos que ha dado, es difícil darse cuenta que se salió del camino.

Es posible que no hayamos comprendido el verdadero arrepentimiento, y por eso mantenemos un estilo de vida constantemente al pecado.

I - ¿QUÉ ES EL ARREPENTIMIENTO?

A -  Hay algunas palabras clave, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento que nos ayudan a entender el verdadero Acto del arrepentimiento.

1-    En hebreo hay dos palabras que se traducen como arrepentimiento: “nacham”, y “shub”. La primera indica un cambio de parecer, y solo aparece 40 veces en el AT. Por lo general solo se aplica a Dios, con relación a que él cambia de parecer en cuanto al castigo del hombre si este se arrepiente. La segunda palabra, “shub” aparece unas 1056 veces, e indica apartarse una persona del camino anterior por el que ha andado, sintiendo dolor y vergüenza por su conducta del pasado. Este sentimiento de culpabilidad es lo que impedirá que vuelva a la misma acción.

2-    También el Nuevo Testamento usa dos palabras para el acto del arrepentimiento, “metanoeo” y “metanoia”. Posiblemente la más significativa de estas dos sea la primera, cuyo sentido  junta las dos ideas que el hebreo da usando dos palabras: un cambio de parecer para un cambio de actuar.

3-    Podemos decir que literalmente, el arrepentimiento es “un cambio de pensamiento para un cambio de actitud. Por eso solo cuando una persona ha comprendido realmente su error cometido, es que puede experimentar un arrepentimiento real. Solo cuando pude comprender la gravedad de mi falta y sentir vergüenza por ella es que pude arrepentirme realmente.

El hijo pródigo es un ejemplo gráfico del significado de arrepentimiento: Por fin comprendió lo tonto que había sido, y pensó: “En la finca de mi padre los trabajadores tienen toda la comida que desean, y yo aquí me estoy muriendo de hambre. Volveré a mi casa, y apenas llegue, le diré a mi padre que me he portado muy mal con Dios y con él. Le diré que no merezco ser su hijo, pero que me dé empleo, y que me trate como a cualquiera de sus trabajadores.” Entonces regresó a la casa de su padre. Lc.15:17-20. TLA

B – El verdadero arrepentimiento es confesión: Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: confesaré mis transgresiones a Jehová; y tú perdonaste la maldad de mi pecado. Salmo 35:2.

D – La condición natural del hombre es un estado de rebelión contra Dios, pues al permanecer sin arrepentimiento, camina en dirección contraria a su Creador. Entonces el arrepentimiento trastoca completamente la vida del arrepentido, porque abarca todos los rincones de su vida.

E – El arrepentimiento es una conducta permanente en el hijo de Dios. Esta conducta lo mantendrá lejos del pecado y lo llevará a la eternidad.

F - El arrepentimiento es una respuesta a la gracia de Dios por medio de Jesucristo. Cuando uno acepta la gracia del Señor, su respuesta es arrepentirse de todos sus pecados y recibir todos los beneficios de la gracia.

G - El arrepentimiento mismo implica la corrección.  No hay arrepentimiento sin corrección.

II – LO QUE EL ARREPENTIMIENTO NO ES

A – Tengo muy viva en mi mente la imagen de una mujer que un domingo por la tarde fue al frente de la asamblea congregada. Según ella, quería reconciliarse con el Señor después de mucho tiempo de haberse apartado.  Luego de manifestar que deseaba la reconciliación, comenzó a decir cuáles eran las razones por las cuales había abandonado la comunión del Señor. En sus palabras, culpó a sus padres, en cierta forma culpó a Dios, y finalmente se podía entender en sus palabras que ella no tenía por qué dar ninguna explicación a los que allí estábamos escuchándola. Fue como que se reconcilió, pero a la vez no lo hizo.

B - El arrepentimiento verdadero no justifica la acción cometida, “Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad", Salmo 35:2. El hombre natural tiene la inclinación de justificar sus errores de una u otra forma.  Cuando las acciones se justifican, es imposible reconocer que se ha hecho un mal, y por lo tanto, no se es capaz de eliminar la mala conducta, porque cuando uno no entiende que se ha equivocado, no ve motivo para hacer un cambio de actitud.

A su vez, sino se es capaz de reconocer las acciones en contradicción con la voluntad de Dios, o se justifican, lo más probable es que esas acciones se vuelvan a repetir.  Por esa razón es indispensable el reconocimiento total de la falta sin la más mínima justificación de las acciones.

Al respecto, el Espíritu Santo dice: “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros… Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.” 1Juan 1:8,10, RV60.

C – Solo pedir perdón no es arrepentimiento. En el libro de los Hechos tenemos el caso de Simón el Mago, Hch.8:13, 18-24. Ante todos se mostró arrepentido y hasta fue bautizado, pero la petición que hizo a los apóstoles de querer comprar el Espíritu Santo, indica que él quería mantener su mismo estilo de vida, impresionando a las personas con el poder otorgado por el Espíritu, y como su negocio era impresionar, quería seguir ganando dinero, pero con la ayuda del Espíritu Santo.

D – No es negación. Negar la responsabilidad por los actos cometidos no impide que Dios nos vea como pecadores. Muchas veces se repite este caso en las escrituras, sobre todo con el pueblo de Israel:

1.       Cuando Jeremías profetizó, señaló una doble moral en los hijos de Israel: ¿Robarán, matarán, cometerán adulterio, jurarán falsamente, ofrecerán sacrificios a Baal y andarán en pos de otros dioses que no habían conocido? “¿Y vendrán luego y se pondrán delante de Mí en esta casa, que es llamada por Mi nombre, y dirán: ‘Ya estamos salvos’; para después seguir haciendo todas estas abominaciones? Jer.7:9,10, NBLH. Iban al templo pero sus vidas eran profanas y contaminadas con el mal.

2.       También el profeta Malaquías hace una acusación parecida: “Y esta otra cosa hacen: cubren el altar del Señor de lágrimas, llantos y gemidos, porque El ya no mira la ofrenda ni la acepta con agrado de su mano. Y ustedes dicen: ‘¿Por qué?’ Porque el Señor ha sido testigo entre tú y la mujer de tu juventud, contra la cual has obrado deslealmente, aunque ella es tu compañera y la mujer de tu pacto. Mal.2:13,14, NBLH. Estos hombres habían cometido abominación contra el Señor, sin embargo, iban al templo y aún preguntaban, ¿en qué hemos pecado? Querían estar bien con Dios y con el diablo. Pero el desconocimiento de la falta no hace inocente al culpable. Malaquías volvió dos veces más  a estos hombres para increparlos, pero en ambas ocasiones respondieron que no eran culpables: habían cansado a Dios con sus palabras, 2:17, y se habían convertido en ladrones, dejaron de darle el diezmo al Señor, 3:8. En cada una de estas situaciones dijeron no ser culpables.

E - Hace muchos años un hombre provocó un gran escándalo en una congregación. Nunca dijo que se había equivocado, por lo contrario, insistía en que sus razones eran correctas. Pasó algún tiempo y él fue increpado por su conducta. Llegaba cabizbajo a las reuniones, y muchas veces parecía querer ser enterrado en las bancas porque cada domingo se agachaba más y más. Sin embargo, jamás reconoció que había faltado a Dios y a los hermanos. Esta “tristeza” que sentía nunca lo llevó al arrepentimiento verdadero, ya que hasta el final de la historia mantuvo su postura escandalosa ante todos. La Biblia lo dice claramente: Pero la tristeza provocada por las dificultades de este mundo, los puede matar.” 2Cor.7:10.

Cuando hay justificación de la falta no ha habido verdadera reflexión y comprensión del error. Esto quiere decir que se está propenso a volver a cometer la misma falta. Como ejemplo podemos decir lo siguiente: un marido agrede a su esposa y después de hacerlo él le pide perdón, jurando que nunca más se repetirá. Ella accede y lo perdona, sin embargo, días después la historia se repite, pero esta vez él le dice que es ella la culpable de que él actúe de esa forma. Promete nuevamente cambiar de actitud y no volver a maltratarla. Ella, por amor, nuevamente accede a la reconciliación. Piensa que es posible que el marido tenga razón y que ella procurará comportarse mejor para no darle motivos. La historia se repite porque no ha tenido tiempo de procesar su culpa y responsabilidad.

III - ¿QUÉ CONSECUENCIAS QUE TRAE EL NO ARREPENTIRSE?

A – Siempre habrá consecuencias por los actos contrarios a la voluntad de Dios. La paga del pecado es la muerte, Ro.6:23. Además, se pone de manifiesto que recogemos lo que sembramos, Gá.6:7.

B – Los israelitas del tiempo de Jeremías, por no arrepentirse, sufrieron la deportación.  En Jerusalén ocurrió un gran desastre por la impenitencia del pueblo y de su rey. Si por causa de su orgullo ustedes no obedecen, lloraré amargamente y en secreto, hasta que ya no pueda más, porque ustedes, pueblo de Dios, serán llevados presos a una nación lejana.  Jer.13:17.

C – Es posible que muchas de las calamidades que usted viva en este momento sean por falta de arrepentimiento. El grado de posibilidad es enorme.

E – La ira de Dios: Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios… Ro.2:5. Lucas 13:3 y 5: “Antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente”. Quien no se arrepiente permanece bajo la ira de Dios.

IV - ¿POR QUÉ LAS PERSONAS NO SE ARREPIENTEN?

A – Por el corazón endurecido, Ap.9:20. El ser humano endurecido no puede cambiar con nada: ni la muerte, ni los desastres, ni las tragedias, nada puede hacerlo cambiar de conducta, menos la simple retórica. Ha endurecido su corazón, porque en vez de centrar sus ideas en Dios y su poder, ha decidido centrarse en sus situaciones, dificultades u opiniones. Puede tener la solución de sus problemas frente a sus ojos, pero es incapaz de verla porque está centrado en sí mismo. No logra ver nada más.

B – Por terquedad y orgullo. La terquedad es el arma que lucha contra el arrepentimiento.  Cuando el Espíritu Santo nos llamó la atención, dejamos de escuchar su voz y continuamos con nuestra conducta

C – Por ignorancia. Una persona puede tener un comportamiento nocivo y repetitivo por falta de conocimiento o educación que le permita valorar sus acciones sobre la base de principios y valores. Es increíble la cantidad de personas que se niegan a reconocer que se han equivocado, incluso, he podido notar esta conducta incluso en niños que se niegan a reconocer una mala conducta. Esto no es nada nuevo, ya en el principio de la historia bíblica cada uno responsabilizó al otro de su conducta: la mujer que me diste, la serpiente me dio y yo comí… Gn.3:12,13. Sin embargo, Dios no acepta la ignorancia como una razón válida para el pecado y la impenitencia:  Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan… Hch.17:30, RV60.

V – LAS BENDICIONES DEL ARREPENTIMIENTO

A - Posiblemente el versículo más violentamente poderoso que he leído sobre este tema está en Hch.3:19: “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio…” RV60. EL ARREPENTIMIENTO TRAE CONSIGO TIEMPOS DE REFRIGERIO O BENDICIONES.

B – Después del momento de arrepentimiento que experimenté en aquella ocasión del 2012, inmediatamente, al día siguiente, recibí apoyo para lograr algunos objetivos que tenía en mente.  La buena fortuna estuvo conmigo después del arrepentimiento. Dios quiere bendecirnos, pero el pecado en el cual nos hemos mantenido lo ha hecho imposible. Solo cuando el hijo pródigo regresó, puedo recibir nuevamente su posición de hijo, la autoridad en el hogar representada en un anillo y el cariño y amor del padre reflejado en una fiesta de bienvenida.

D - Si queremos ver días buenos, cambiemos de actitud y de pensar, renunciemos al pecado y busquemos con sincero deseo el camino del Señor, ya que no es posible esperar grandes bendiciones haciendo siempre las mismas cosas.  Es imposible.

E – La atención especial de DIOS se fijará en las personas que sinceramente experimente el arrepentimiento.

VI – DESPUÉS DEL ARREPENTIMIENTO

A - Uno puede pensar que porque se ha arrepentido, las consecuencias de sus actos quedan sin efecto.  Claramente vemos en la Biblia que esto no es así: AÚN ASÍ, EL ARRPENTIMIENTO ES DE IMPORTANCIA EXPONENCIAL.

1.       Siempre quedan consecuencias, como ya se ha dicho.

2.       David se arrepintió, pero detrás de él dejó una estela de consecuencias nefastas para él y su familia. 2 Sam. 12:10.

3.       Según He. 12:16,17 Esaú no pudo revertir las consecuencias de haber vendido su primogenitura.

4.       O un ejemplo simple: una pareja de novios erró cayendo en fornicación. Se arrepienten, pero la chica ha quedado embarazada. Ningún arrepentimiento puede impedir que ese niño crezca en el vientre de la joven.

B - Jurídicamente, el arrepentimiento puede actuar como un atenuante de la pena, porque la confesión de culpabilidad puede ayudar a las investigaciones de las autoridades para el esclarecimiento del caso, y de esa forma el culpable recibe la pena mínima por el delito cometido. Esto ilustra lo que pasa espiritualmente con el arrepentimiento.

CONCLUSIÓN:

1.    Mientras el ser humano, el religioso desaprueba y desecha, Jesús busca el arrepentimiento del hombre, no su destrucción: No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento. Lc.5:32.

2.    Tanto el bautismo de Juan como el bautismo que ordenó Jesús tienen como requisito previo el arrepentimiento. El bautismo queda, entonces como una señal de renuncia a la antigua forma de vida y la aceptación de una conducta nueva gobernada por la voluntad de Dios. Por eso, ya no debemos caminar más en el pecado los que nos entregamos al Señor en las aguas del bautismo.

3.    No pasemos por alto que el Señor da la oportunidad del arrepentimiento permanentemente, Hch.5:31, 11:18.

4.    Dios es muy bueno, y tiene mucha paciencia, y soporta todo lo malo que ustedes hacen. Pero no vayan a pensar que lo que hacen no tiene importancia. Dios los trata con bondad, para que se arrepientan de su maldad. Romanos 2:4, TLA. 2P.3:9.

5.    "Bueno me es haber sido humillado, para que aprenda tus estatutos", Sal. 119:67,71. La prontitud para admitir la culpa es característica de un corazón arrepentido.

6.    El mejor arrepentimiento, decía José Saramago, es cambiar. “Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento” es la evidencia de que ha ocurrido un cambio radical en nuestra vida (Mat. 3:8).

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