PROPÓSITO: Exhortar a la audiencia a experimentar el proceso del arrepentimiento, para obtener la reconciliación con Dios, y todos los beneficios del perdón.
INTRODUCCIÓN:
Arrepentimiento, tal parece que estamos divorciados de esa
palabra y de esa actitud. Un esposo golpea a su esposa, le “pide perdón”, ella
lo perdona porque lo ama, pero la semana siguiente, vuelve a maltratarla.
Vivimos en una sociedad maligna y perversa, de actos
desenfrenados e impíos. No hay conciencia de lo que se hace. Cuando la ignorancia
impera, es imposible el arrepentimiento.
I-
¿QUÉ
ES ARREPENTIMIENTO?
A- El término hebreo de donde
procede la palabra arrepentimiento, indica sentir pesar por haber hecho algo o
por no haberlo hecho. Esta palabra implica un cambio en la actitud mental o el
sentir de la persona. En este sentido, el arrepentimiento es “el convencimiento
que una acción ha sido incorrecta”. Mientras no haya este sentir, el
arrepentimiento no es real. Una persona que pide perdón, pero a su vez no está
convencida de haber hecho algo malo, realmente no está arrepentida.
B- Un domingo por la tarde, una
mujer joven se colocó frente a la congregación, y dijo que venía a
reconciliarse. Dijo que entendía que se había equivocado en su conducta al
haberse alejado del Señor y de la relación con su familia, “pero que ella no
tenía por qué pedirle perdón a nadie”. Esto último que dijo fue la evidencia
que dio a conocer su falta de arrepentimiento. Esaú es un ejemplo de esto, él lloró con
amargura, “esperando que su padre se retractara de la bendición que le había
dado a Jacob”, pero no porque él entendiera que había hecho mal al despreciar
la primogenitura que a él le correspondía, Gn.27.
C- Entonces, el arrepentimiento es
un proceso que inicia con un cambio de mentalidad.
II- EL PROCESO DEL ARREPENTIMIENTO
A- Al nuevo pensamiento le sigue la
tristeza
1.
2Cor.7:10:
“La tristeza que proviene de Dios produce el arrepentimiento que lleva a la
salvación, de la cual no hay que arrepentirse, mientras que la tristeza del
mundo produce la muerte.” NVI.
2.
La
tristeza de Pedro por haber negado al Señor fue diferente de la tristeza que
sintió Judas, quien experimentó el remordimiento y llegó al suicidio. Al leer
el salmo 51, podemos ver que David se sintió muy triste por la falta cometida:
“Contra ti he pecado, sólo contra ti, y he hecho lo que es malo ante tus ojos;
por eso, tu sentencia es justa, y tu juicio, irreprochable.” Sal.51:4. NVI. Si
al “arrepentirse” usted no siente verdadera tristeza por lo que hizo, puede
estar seguro que no está realmente arrepentido.
B- Otro escalón: la confesión
1.
Cuando
el profeta Natán se presentó ante el rey David para señalarle su pecado, el
monarca confesó ante el profeta y ante
Dios su falta: “—¡He pecado contra el Señor! —reconoció David ante Natán.”
2S.12:13, NVI. La admisión de la culpa por medio de la boca es una evidencia
tangible de la tristeza que causa el arrepentimiento, pues “de la abundancia
del corazón habla la boca.”
Las palabras son la materia
prima del arrepentimiento.
2.
Algunas
veces solo bastan unas palabras para cambiar todas las cosas. Un matrimonio de
años y años se destruyó porque faltaron dos palabras: “me equivoqué”.
3.
El
desastre sigue a la falta de confesión. El Salmista dijo de la siguiente forma:
"Cuando yo no quería confesar mis culpas, me debilitaba cada día
más." Sal.32:3, PDT. ¡Es impresionante lo que puede hacer la falta de
confesión!
4.
El
arrepentimiento genera un repudio hacia el pecado. Muchas personas llegan a las
iglesias pero quieren que Dios las acepte tal como son, no quieren hacer
cambios. Entregarnos a Jesucristo implica un repudio de lo que somos para
rendirnos totalmente al Señor.
C- Cambio de dirección
1.
Cuando
todo este proceso se ha gestado en nuestra vida, hacemos un giro considerable:
íbamos rumbo al precipicio, alejándonos de Dios por nuestra conducta y pecados.
En un trayecto del camino nos dimos cuenta de nuestras fallas, y tomamos la
decisión de parar, dar la media vuelta, y volver rumbo a Dios, esta vez,
dándole el rostro.
2.
Cuando
el hijo pródigo reconoció que había pecado, no solo tuvo la intención de
arrepentirse, la Biblia dice que “se levantó y fue a su padre.” Lc.15:17-20. No
solo pensó en lo que haría, sino que lo hizo. Dejó la condición en la que se
encontraba, se armó de valor, y buscó la casa del padre. Esta es una acción
concreta.
3.
El
arrepentimiento conlleva en sí mismo las acciones que lo demuestran.
III- El falso arrepentimiento
A-
Cuando
el faraón vio las calamidades que las plagas estaban causando en su país, esto
fue lo que dijo: “Entonces Faraón envió a llamar a Moisés y a Aarón, y les
dijo: He pecado esta vez; Jehová es justo, y yo y mi pueblo impíos.” Ex.9:27,
RV60. Sabemos que el arrepentimiento no era real porque luego este hombre se
ensañó contra los israelitas, persiguiéndolos para volverlos a esclavizar. A
esto se le llama ARREPENTIMIENTO CIRCUNSTANCIAL. Spurgeon decía “El
arrepentimiento que nació en la tormenta murió en la calma”.
B-
“En
sus camas lloran de dolor, y se hacen heridas a propósito, pero sus oraciones no son sinceras; lo hacen
para pedirme buenas cosechas, pero siguen siendo rebeldes. »Yo les he dado
enseñanzas, los he llenado de fuerza, pero ellos hacen planes contra mí.”Os.7:14,15.
C-
El
falso arrepentimiento no puede frenar el castigo por la culpa, Jer.21:1-11.
IV-
UN
EJEMPLO DE VERDADERO ARREPENTIMIENTO: LOS HERMANOS DE JOSÉ
A- José sufrió por sus hermanos,
pero estuvo dispuesto a perdonar a sus hermanos hasta verlos realmente
arrepentidos.
B- Utilizó una estrategia que le
ayudó a ver que ellos realmente habían cambiado.
C- Hasta que el verdadero
arrepentimiento se da, se efectúa la verdadera reconciliación.
CONCLUSIÓN:
Si usted no ha tenido un verdadero arrepentimiento, es
imposible tener el perdón de Dios, quien pesa los corazones. Arrepiéntase para
que goce del perdón y las bendiciones de Dios.
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