Ap.2:2-5
PROPÓSITO:
Motivar a los oyentes a mantener encendido el primer amor, mediante un servicio
fiel y genuino, para tener una iglesia fuerte y
gloriosa.
INTRODUCCIÓN:
- Traigo
una carta de parte de Jesús para toda la iglesia, una carta urgente que debemos leer,
reflexionar, y responder a la exhortación que nos ofrece.
- Leamos
Ap.2:1-7, Esta carta apocalíptica tiene varias aplicaciones: la primera
es la directa, es un mensaje para aquellos que la recibieron. La
segunda, es universal porque en este mensaje podemos encontrar algo
para la iglesia de todos los tiempos. Por último, es personal,
porque cada carta termina apelando al criterio del individuo que escucha
su lectura. De esto último podemos concluir que el Espíritu Santo hace
un llamamiento personal a reaccionar a las situaciones que están
ocurriendo en la iglesia. Debemos hacer una lectura como si el Señor
nos lo estuviera diciendo a nosotros, y después de leer este mensaje,
pensemos, ¿qué hay aquí para mí?
- Jesús
le escribe a una iglesia que en el pasado había sido muy fervorosa, pero
que en ese momento se encontraba en un momento de laxitud espiritual. Es
posible que nosotros nos encontremos en las mismas condiciones.
- ¿Está Dios interesado en su iglesia? Las
cartas enviadas a las siete iglesias de Asia menor nos indican que sí.
Hermano, Dios tiene mucho interés en nosotros como su cuerpo. No pasamos
desapercibidos ante él, y de esto debemos ser muy conscientes. Estas
cartas lo demuestran.
I - Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y
paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se
dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido,
y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no
has desmayado.
A.
Los
hermanos en Éfeso tenían muchas obras, habían trabajado mucho con paciencia, no
soportaban a los malos, las injusticias eran algo que los fastidiaba mucho. No
los engañaba cualquiera, porque habían algunos que decían ser grandes, pero los
hermanos comprobaban quien era quien. Los hermanos habían experimentado mucho
dolor, conocían el sufrimiento. no eran personas que se dieran por vencidos,
Vs.2,3. Simplemente los hermanos eran una iglesia de gran fortaleza
espiritual.
1- Aun recuerdo cuando llegué a la iglesia de
Cristo en 1986, encontré personas extraordinarias, entregadas de corazón
al servicio de la iglesia: Antonia Hernández era una anciana infaltable en los
cultos, y fueron muchas las mañanas que la vi caminar lentamente con destino a
evangelizar. También recibí apoyo de varios hermanos, entre ellos Juan Bautista
Quintero, personaje histórico de la Iglesia del Señor acá en nuestro
país. Hace pocos días, acaba de partir para estar con el Señor.
2- Mayra Rugama, fue fiel en la evangelización
constante, hasta que un día el Señor la llamó a su presencia. Su hija fue
bautizada días después de su partida. Aún con su muerte, evangelizó.
3- Ustedes conocerán a los héroes de la fe de su
región, y sabrán que muchos han partido para estar con el Señor después de una
larga jornada de servicio de amor a Jesús.
B. Yo
conozco tus obras: del verbo oida, se traduce como entender,
Jn.16:18,30; 20:9; Hch.12:11; 1Cor.13:2. Estamos delante de Dios, él
conoce las intenciones de nuestros actos. Uno puede conocer algo, pero no
entenderlo, Dios conoce y entiende nuestras obras, sabe cuáles son
nuestras intenciones y sentimientos al realizarlas.
El Señor conocía las obras de la iglesia, no solo
en el aspecto externo de sus manifestaciones, sino en la realidad espiritual de
cada una de ellas. El verbo expresa la idea de un conocimiento, más que
intelectual, por percepción y observación. Jesús sabe lo que hay en el interior
de cada hombre
Un símbolo anterior nos hace ver que la cercanía
del Señor es lo que le da ese conocimiento de lo que somos y sentimos: el
que anda en medio de los siete candelabros de oro:
1- Tiene a los ángeles de la iglesia en sus manos
2- Se pasea en medio de los candelabros de oro,
símbolo de las iglesias
3- Conoce las obras de cada iglesia
Las dos primeras metáforas, aunadas al
conocimiento del señor respecto a las obras de su iglesia, demuestran la
cercanía de Jesús a los suyos. Él conoce bien a sus ovejas por su
cercanía con ellas.
II - Pero tengo contra ti, que has dejado tu
primer amor.
A. Uno puede llegar a acostumbrarse tanto a algo,
que termina olvidando la importancia de eso.
Con el paso del tiempo, los hermanos efesios llegaron a perder el sentido de lo
que hacían. No habían dejado de ir a la iglesia, siempre trabajaban, pero lo
hacían de forma automática. La pasión ya no existía. Cuando haces las
cosas porque las tienes que hacer y no porque las quieres hacer, te vuelves
religioso, ya no eres un cristiano. Un religioso es aquel que vive una
espiritualidad de manera superficial, no ha cambiado, porque solo es necesario
que lo vean. ¿Será que en las iglesias de Cristo nos hemos vuelto más
religiosos que cristianos?
¿Ha visto un niño obedecer órdenes por obligación
y no por amor? ¿Cómo se siente un padre que manda a su hijo pero sabe que él
hijo no quiere hacer aquello que se le ha ordenado, sin embargo, lo hace por
obligación? ¿Cuántos en esta sala se parecen a ese niño malcriado, pensando que
trabajan para el Señor pero han perdido la pasión, el amor, la sinceridad para
servirle?
B.
¿Cómo está tu amor
por el Señor? Hoy es una buena oportunidad para revisar tus intenciones, tu
sinceridad para servir. Es una buena oportunidad para examinar tu amor, si ha
crecido o has dejado que se deslice por la indiferencia.
C. Ken Blanchard cuenta una anécdota interesante
respecto al matrimonio: un día Blanchard preguntó a un joven indio la
“diferencia más grande” entre un matrimonio arreglado en la India y el típico
matrimonio estadounidense. Obviamente la pregunta tenía en el fondo un poco de
malicia, pretendiendo que los matrimonios estadounidenses se realizan con amor,
dejándolo así ver como mejor que un matrimonio arreglado, como suelen hacerse
en el oriente.
La respuesta del joven de veinte años fue muy
sabia: Creo que en un matrimonio hindú uno supone que con el tiempo uno se
enamorará de la persona con la que se casa. En los matrimonios americanos me da
la impresión de que uno se enamora antes de casarse, y luego durante el
matrimonio se desenamora.
¿Te has desenamorado de Jesús? ¿Has perdido ese sentimiento de cuando iniciaste
esa relación con el Señor? ¿Qué te une al Señor, el amor o la costumbre? ¿Por
qué vienes a la iglesia, porque te gusta venir, te encanta, por costumbre, o no
sabes la razón? ¿Amas la obra del Señor?
D. Si todos mantuviéramos el mismo amor del
principio cuando comenzamos a andar con Jesús, nuestra iglesia sería otra,
crecería, no se dividiría, impactaría más.
E. Parece que nuestras iglesias HAN DEJADO SU PRIMER
AMOR.
F.
Hermano, ¿tiene el Señor algo contra
ti?
III - Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y
arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y
quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.
A- Recuerda: el verbo que se usa hace referencia a alguien
que aparta tiempo específico para hacer memoria. Este verbo está en presente,
pero en una acción continua, como diciendo “recuerda y sigue recordando”. Por
favor, aparte tiempo hoy para recordar su primer amor, su entusiasmo anterior
al servir al Señor. Recuerde indica REFLEXIONE, VUELVA EN SÍ… Lc.15:17: POR FIN
SE PUSO A PENSAR…
B- De
dónde has caído… haber comenzado con amor y terminar
en indiferencia es una caída enorme. Antes eras grande espiritualmente, ahora
estás en el suelo.
Vuelva a ver hacia atrás, vea su pasado en el
Señor, revise su trayectoria, quizás esto produzca en usted el arrepentimiento
necesario para volver al buen camino del servicio lleno de diligencia y
amor.
El arrepentimiento es esa disposición interna que
impulsa a una rectificación inmediata del mal proceder.
Haz las primeras obras… Vamos de aquí, hagamos las primeras obras,
hagamos a la iglesia de Cristo una iglesia grande, poderosa, influyente.
Dejemos de juzgarnos, dejemos de hacer tanto énfasis en la letra y hagámoslo en
el espíritu.
quitaré tu candelero de su lugar… ¿Ha quitado Jesús nuestro candelabro? Es aún
nuestra congregación una congregación viva?
NUNCA OLVIDEMOS QUE COMO IGLESIA ESTAMOS EN LA
MANO DERECHA DEL SEÑOR, en una relación viva, relación en la que el mayor
interés lo posee él, porque nos cuida, sosteniéndonos, y por esa cercanía es
que conoce nuestra obras
Por eso, comencemos a trabajar en la pureza de
nuestro corazón, porque lo que hace grande una iglesia son sus miembros, el
desarrollo de cada uno, su entrega y su pasión por el Señor.
CONCLUSIÓN:
- ¿Cuántos
años tiene de haber sido bautizado? ¿Cómo debería estar usted en estos
momentos como cristiano? ¿Ha valorado su tiempo en la iglesia y su
desarrollo en ella?
- Necesitamos
volver al primer amor, necesitamos mantener el primer amor, necesitamos
hacer que ese amor crezca. Necesitamos que nuestro corazón sea una
brasa encendida en el incensario de Dios.
- Hoy
debemos comprometernos a seguir amando a Jesús, al Padre y al Espíritu, y
servirle de todo corazón, servirle con nuestro ser, con nuestra alma, que
cuando él nos vea, se agrade de nosotros.
- Levantemos
en alto la bandera de la iglesia de Cristo, hagamos sentir el poder de
nuestras congregaciones allí en las comunidades donde vivimos. Que Cristo
se vuelva más famoso entre nuestros pueblos.
- Hagamos estremecer el corazón de Dios al
darle nuestro corazón en el servicio.
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