¿QUÉ ES UN BOSQUEJO?
Una guía
Es la estructura escrita del sermón que predicaremos, en el cual organizamos nuestras ideas de tal manera, que podamos seguir ordenadamente la ruta del tema seleccionado. Agreguemos que es una brújula que nos indica con exactitud el camino para llegar a nuestra meta.
Aclaremos que el bosquejo no es el sermón en sí, sino la estructura escrita del mismo. El bosquejo es la forma escrita del sermón, mientras que el sermón es la exposición verbal. No se confunda.
A la vez es la sistematización del tema del sermón, de tal manera que ese tema pueda ser abordado en sus puntos principales para no dejar cabos sueltos.
Es una representación gráfica y ordenada de las ideas que se quieren expresar en trabajos de investigación, ensayos, obras creativas y presentaciones orales, entre otros.
Una herramienta
Un bosquejo nos ayuda a trazar una línea de pensamientos, la cual facilita la comprensión del mensaje en la mente de los oyentes. Sicológicamente, la mente humana no es capaz de seguir un “racimo de ideas”, sino una línea coherente de argumentación sobre un asunto en particular. Cuando un predicador, por el motivo que sea, agrega muchas ideas a su sermón, desvinculadas de la idea principal, tendrá un público frente a él, pero no una audiencia prestando atención. Cuando el oyente va siguiendo una idea mentalmente, pero el orador se desvía a otra idea, y luego vuelve, el oyente se desconecta inconscientemente del mensaje, pero la culpa es del predicador, que ha querido llevar la mente del oyente de un lugar a otro. Muchas de las personas que asisten a las iglesias están físicamente en el lugar, pero “su corazón está lejos del sermón”. No es algo que solo pase cuando disgregamos mucho el discurso, pero pasa especialmente por eso.
SU IMPORTANCIA
Muchas personas pueden creer que no es necesario bosquejar el sermón, incluso, en alguna ocasión escuché a alguien decir que “no es de Dios” redactar el sermón. No podemos afirmar cuáles son las causas porqué existen estas ideas, pero una cosa es muy segura, un ministro responsable y que ama su ministerio, no escatimará esfuerzos para mejorar en la predicación.
He encontrado que hay personas a las que les cuesta mucho salir de su “zona de confort”, por lo tanto, cuando comienzan a aprender, es muy fácil que declinen casi de inmediato, pensando que es difícil lo que aprenden o que no es muy necesario. Realmente la pereza encuentra muchas razones para justificarse.
Veamos algunas razones importantes por las cuales redactar bosquejos:
- Ayuda en el proceso de escritura, facilitando la organización de las ideas.
- Con él podemos “delimitar apropiadamente el tema” que vamos a predicar. El tema de un sermón puede ser muy amplio, pero al redactarlo, logramos fijar los límites de nuestra exposición. Esto contribuye a la claridad y objetividad en la presentación.
- Presenta el material de forma lógica.
- Ofrece seguridad al predicador, ya que puede recurrir a él para ubicarse en la ruta de su mensaje, porque presenta una visión general y ordenada del tema en exposición.
- Ayuda al predicador a iniciar con orden y terminar con orden.
- También ayuda a tener dominio del tiempo, sobre todo si el predicador centra su discurso en las ideas anotadas, sin hacer digresiones.
- Ayuda a distinguir las ideas principales de las secundarias, y de esa forma argumentar apropiadamente. He visto cientos de bosquejos, principalmente en internet, que parecen una lluvia de ideas antes que un sermón bien redactado.
- Con un bosquejo podremos desarrollar tres o cuatro puntos coherentes en vez de veinte ideas desorganizadas.
- Evita la improvisación.
Esto nos hace ver que para el predicador el bosquejo debe convertirse en su mejor aliado, las razones ya han sido expuestas.
¿Cómo se prepara un bosquejo?
- Lo primero que debemos tener es el tema de predicación o el texto que nos ofrece el tema.
- Escribamos una lluvia de ideas de lo que ya sabemos sobre el tema.
- Consideremos lo que otros han dicho sobre el tema en preparación, es muy fácil saberlo si hacemos una búsqueda en Google.
- Haga uso de una concordancia para ver ordenadamente lo que la Biblia dice sobre el asunto.
- Investigue todo lo que pueda en su biblioteca, en internet, procurando no dejar cabos sueltos en su elaboración del tema. Una biblioteca electrónica es muy útil para este tipo de estudios. Recomiendo que instale e-sword, es gratis, bastante completa, y cualquier investigación que haga en ella será muy precisa, ya que las herramientas bíblicas de este software se combinan bien cuando se hace una investigación en él. Esta herramienta tiene una ventaja sobre internet: mientras la web le entregará toda la información que encuentre del tema, a como la encuentre, esta biblioteca lo hará ordenadamente, de forma sistemática, y aportando solo la información pertinente que usted necesita.
- Organice las ideas por grupo, y luego cada grupo ordénelo de lo general a lo específico.
- Trace los puntos principales y ordénelos según el desarrollo del tema.
- Asegúrese de redactar el bosquejo de manera completa, con todas sus partes[1] y en orden lógico.
- Por último, revise el bosquejo cuantas veces sea necesario, procurando arrancar de él ideas innecesarias o colocarle ideas que hicieron falta. A mayor revisión, mayor calidad.
ESTIMANDO NUESTROS BOSQUEJOS
He mantenido la costumbre de guardar mis bosquejos desde que aprendí a hacerlos en el instituto bíblico. Me da un poco de risa ver aquellos “bosquejitos” diminutos y de escritura bien apretada. Con la venida de la computadora todo se nos hace más fácil y no es complicado guardar los bosquejos de nuestros sermones de manera más segura, sin que el paso del tiempo los arruine. Un celular o una Tablet también nos dan la oportunidad de mantenerlos archivados y disponibles permanentemente. He podido publicar algunos libros utilizando estos bosquejos que he guardado por años, y me doy cuenta que muchas personas los encuentran muy útiles.
Guardar nuestros sermones nos ayuda a inventariar las temáticas que hemos recorrido en nuestro ministerio de predicación. De esa manera también nos enteramos cuáles son los temas que aún debemos preparar.
Si tenemos esta costumbre, podremos recurrir a nuestros bosquejos en momentos de necesidad para no improvisar. Podemos mejorarlos, ampliarlos, reciclarlos, etc. Mi libro titulado, “La Gran Mentira”, comenzó como un bosquejo que prediqué en varias ocasiones, y por la importancia de su tema, me di cuenta que debía publicarlo como libro. Hay quienes me han dicho que es el mejor de todos mis libros, no lo sé, pero sí sé que inició siendo un bosquejo que amé y que llevé a su máxima expresión en un libro.
Piénselo bien
Un corazón encendido, lleno de pasión por el mensaje, más un bosquejo bien escrito y organizado, solo puede dar como resultado un sermón potente que llene las necesidades de los oyentes. Haga del bosquejo el mejor de sus amigos, y dele a su predicación la coherencia, la puntualidad y la fuerza que necesita.
¿Cuánto aprendí?
- Usando sus palabras, caracterice un bosquejo.
- Describa la diferencia entre bosquejo y sermón.
- ¿Por qué el bosquejo es una herramienta sicológica para la comprensión del mensaje?
- ¿Qué es una digresión?
- De las nueve ideas sobre la importancia del bosquejo, seleccione las tres que usted considera más importantes.
[1] En el capítulo siguiente conocerá cuáles son estas partes.
Comentarios