EL SIGNIFICADO DE DIEZMO Y LA OFRENDA


INTRODUCCIÓN
1.    Parece raro que debamos hablar sobre la ofrenda, una práctica constante en nuestras congregaciones. Sin embargo, lo constante no siempre es comprendido, porque puede volverse algo automático, inconsciente, porque si algo se repite con mucha frecuencia, terminamos por dejar de pensar en ello. 

2.    Hablaremos del significado semántico y espiritual de la ofrenda, al final comprenderemos mejor este acto, y disfrutaremos al hacerlo. Pero nuestro énfasis será el espiritual.

I -  ¿QUÉ SIGNIFICA OFRENDA?

A - Una ofrenda es un obsequio, dádiva o don que se ofrece en muestra de reconocimiento, gratitud o veneración. La palabra proviene del latín offerenda, que significa “cosas que se han de ofrecer”.

B - En el sentido bíblico significa “presentar”, “ofrecer”, la acción se traduce del verbo “prosfeo”. Prosfora es la palabra que traduce la acción de rito espiritual con el cual se presenta una ofrenda. Hay muchas palabras que se traducen como ofrenda, pero el sentido más importante de estas palabras es el que adquiere en nuestra conciencia. Cuando hacemos algo plenamente convencidos de su significado, lo disfrutamos y lo hacemos con toda intención. Por lo tanto, cada vez que ofrendemos, debemos hacerlo con plena conciencia de cuán importante es ese acto. Esto es darle valor a esa acción tan sencilla. 

II – OFRENDA Y DIEZMO EN EL AT

A – En el AT existían diferentes tipos de ofrendas: Ofrendas al Señor, Éxodo 29.18; Levítico 8.21, a manera de holocaustos quemados. Ofrenda de paz, Nm.meros 7.17, se ofrecía al Señor y luego se repartía entre los familiares. Ofrenda de granos, Levítico 2.1-16, acompañados de vino, levítico 23.13. Ofrenda expiatoria, Levítico 5.14 y 6.7, se daba para intervenir en ofensas. Ofrendas mecidas, Levítico 7.30; 8.29 y Éxodo 29.24. Ofrenda voluntaria, Levítico 7.16 y Deuteronomio 12.6.17, traída por agradecimiento profundo.

B – Se estableció el diezmo para los israelitas, y tenía diferentes modalidades.  La práctica del diezmo es anterior a la ley, Abraham entregó los diezmos a Melquisedec, Gn 14.17-20, y Jacob los prometió a Dios por cuidarlo, Gn.28:20-22. El diezmo era para los levitas, Lv .27:30-32; Nm.18:21, 24; los levitas entregaban su propio diezmo al sacerdocio aarónico para su sustento, Nm.18:25-29. Si en lugar del diezmo del producto, un israelita deseaba dar el valor en dinero, podía hacerlo, pero tenía que añadir una quinta parte adicional (20%) al valor del producto, LV.27:31. En los casos en que la distancia a Jerusalén era demasiado grande para llevar hasta allí este diezmo, el producto se convertía en dinero, que se empleaba en Jerusalén para el mantenimiento y el disfrute de la familia durante la convocación santa. Dt.12:4-7, 11, 17, 18; 14:22-27. Hacia el final de cada tercer y sexto año del ciclo sabático de siete años, este diezmo, en vez de usarse para sufragar gastos en las asambleas nacionales, se apartaba para los levitas, residentes forasteros, viudas y huérfanos de la comunidad local, Dt 14:28, 29; 26:12. Una persona podía comprar el diezmo que entregaba o parte de él, es decir, la cosecha o animales que había apartado para tal fin, pero al pagar debía agregar un 20% del valor del diezmo que compraba. Lv.27:31. Todo el que diezmaba estaba obligado a declarar que había cumplido con sus diezmos correctamente, Dt.26:13-15.

En las civilizaciones antiguas, las naciones tenían el diezmo como un impuesto que se recaudaba para el sostenimiento del estado, de la nación.  Igual que pasa en la actualidad en nuestras naciones: pagamos un impuesto que en general se denomina IVA,(Impuesto al Valor Agregado). Estos impuestos sostienen el estado de una nación. En algunas naciones, como la egipcia, los impuesto eran pagados mediante cosechas, propiedades, e incluso con mano de obra. 

Una referencia de diezmo como tributo o impuesto se encuentra en lo que Samuel le advirtió al pueblo, que estaba pidiendo rey, 1S.8:10-18. Cuando Israel se instituye como nación teocrática, recibe la ley y se introduce el diezmo como un tributo para el sostenimiento del gobierno teocrático del Señor, solamente que ellos no tendrían un rey de carne y hueso, sino al mismo Dios de los cielos. En este caso, los levitas serían el aparato gubernamental que dirigiera el destino del pueblo mediante la ley. En otras palabras, al ser Dios su rey, y los levitas sus ministros, encargados del estado teocrático de Israel, les tocaba a ellos recibir los diezmos para sostener ese aparato gubernamental. 

C -  Dios pide tanto las primicias como el diezmo en el AT porque Dios es el dueño de todas las cosas, todo viene de él y nosotros y todo lo que tenemos le pertenecemos. El propósito del diezmo era recordar a la gente que todas las cosas son propiedad de Dios y enseñarles a poner a Dios primero en sus vidas, vea Lv.27:30. Dt.16:16–17. Proverbios 3:9–10. Dios quiere que le ofrendemos porque Él desea que sus hijos sean como Él. Dios es generoso y desea que nosotros seamos generosos también.

D – En el NT no hay indicaciones que la iglesia ofreciera el diezmo.

III – LA TRANSICIÓN DEL AT AL NT: DEL DIEZMO A LA OFRENDA

A – El sistema mosaico de ofrecimientos que consistía de animales, semillas, aceites y vinos no se extiende al cristianismo, porque el cristianismo está divorciado de ese sistema, ya que en Jesucristo se ofrecieron todas esas ofrendas, y ese sacrificio dio por terminado todo aquel sistema, por ser un sacrificio completo. He.7:27; 8:13.

B -  La iglesia cristiana retoma la ofrenda con un sentido nuevo y el elemento dinero como forma material de hacerlo. Abunda la información sobre el tema en el NT. Pero el sentido cristiano de ofrenda rebasa por mucho al sistema antiguo pues en el cristianismo la ofrenda no solo es dinero, sino que involucra las emociones, las relaciones, las intenciones del oferente, el ser mismo de quien ofrece.

IV – OFRENDAS EN EL NT

A - 1Corintios 16:1,2 es el único pasaje que explica la forma en que la iglesia primitiva recogía dinero para ayudar a la hermandad.  Se aclara que hubo un mandato apostólico, por una hambruna  que azotó las iglesias en Jerusalén,  y de esa forma, congregaciones de Galacia, Corinto y otros lugares se dieron a la labor de cumplir con el mandato de colectar dinero para los hermanos.

B -  Se notan únicamente dos objetivos para ofrendar en el NT: Ayudar a los necesitados, Hch.11:27-30, y el sostén de la misión cristiana de predicación, Fil.4:15,16. Jesús tenía poder para hacer milagros, era Dios, pero en su ministerio necesitó de la colaboración económica de muchas personas, Lc.8:1-3.

C - Pablo mandó hacer una colecta, 1Cor.16:1,2. La palabra que usa acá para referirse a esa colecta es λογία se trata de recoger dinero o una contribución para algo específico. En este pasaje no tiene el sentido de ofrenda en significado  sagrado.  Pero cuando en 2Cor.8:20 el apóstol se refiere a ese donativo, usa otra palabra, ἁδρότης. Esta significa abundancia, liberalidad.  Al parecer era mucho dinero lo que se colectó, las iglesias de Macedonia fueron generosas al dar, 2Cor.8:1. El cambio de palabras en 1Cor.16 y 2Cor.8:20 puede dar a entender cómo algo que simplemente era una recolección de dinero, por hacerse sobre la base del amor, lo que primeramente era dinero, se convierte en algo sagrado como lo es una ofrenda. Son los motivos y las intenciones lo que le otorgan verdadero significado al acto de ofrendar. No en vano dice la Biblia que Dios ama al dador alegre, 2Cor.9:7. ¿Qué importancia puede tener una ofrenda que se entrega con tristeza, por obligación? Por eso, el valor de una ofrenda entregada con alegría, con gozo, tiene un valor incalculable. 

D -  Pero en el NT la ofrenda no se resume en dar dinero, el concepto es reinterpretado (se resemantiza) y alcanza mayor profundidad. Veamos algunas de esas reinterpretaciones:

LA OFRENDA ES ALGO QUE DEMUESTRA LA PUREZA INTERIOR DEL SER HUMANO
La ofrenda de Caín también es ofrecida miles de veces cada domingo en las iglesias de Cristo: personas que odian a otras, quizás miembros de su misma grey, se presentan al altar para dejar allí su ofrenda, lo cual está estrictamente prohibido, hasta no estar solvente en las relaciones entre hermanos. Esto demuestra que la ofrenda es un acto de adoración, y que las emociones y sentimientos le imprimen la calidad de aceptable o no ante Dios. Mt.5:23,24.

Jesús personaliza la enseñanza de las buenas relaciones, cuando pasa de lo general, “vosotros”, a lo particular, “tú”: si traes, allí te acuerdas, deja allí tu ofrenda, etc. pasa de hablarle a la multitud, a llamar la atención del individuo, personalizando así la enseñanza, de esta forma, la persona siente la voz de Jesús hablándole directamente. [1] De tal forma que la ofrenda es una oportunidad para cada individuo de examinar su corazón.

LA OFRENDA GENEROSA ES UN SIGNO DE CONVERSIÓN

La persona convertida no discute de porcentajes, aprovecha cada ingreso para glorificar a Dios, apartando algo cada vez que tiene la oportunidad, para glorificar al Señor. He sido testigo de la prosperidad de personas que han decidido honrar a Dios con sus bienes. 2Cor.8:5.

ES UN ACTO DE GENEROSIDAD

Se exhorta una y otra vez al oferente a ser generoso cuando entrega parte de lo que tiene. Un gran principio en la Biblia respecto a ofrendar, es éste: cuando nosotros damos a Dios, Dios nos da a nosotros. El Señor Jesucristo dijo: “Den a otros, y Dios les dará a ustedes. Les dará en su bolsa una medida buena, apretada, sacudida y repleta. Con la misma medida con que ustedes den a otros, Dios les devolverá a ustedes. Lc.6:38. DHH.

ES ALGO EN LO CUAL UNO DA LA VIDA

Mc.12:41-44: “echó su único sustento”: el alimento es la vida, cuando no nos alimentamos nos arriesgamos a dejar de vivir. En aquella ofrenda la viuda arriesgó su vida misma para agradar a Dios. Mientras las personas no ofrenden conscientemente, como un acto de entrega personal, será casi imposible que sus ofrendas tengan algún sentido o importancia ante Dios. Ofrendar es un acto que debemos trabajar conscientemente hasta lograr hacerlo lo mejor que podamos.

NUESTRAS OFRENDAS DEBEN TENER CARACTERÍSTICAS ESPECIALES:

Deben ser sistemáticas, porque ofrendar es un acto de adoración, no debe ser esporádico, 1Cor.16:1,2. Ese mismo pasaje nos enseña que nadie debe quedar excluido, “cada uno ponga aparte algo”. Se debe dar con alegría y abundantemente, 2Cor.9:7. Debe ser en proporción a nuestros ingresos: según[2] haya prosperado, “El primer día de la semana, cada uno de ustedes aparte y guarde algún dinero conforme a sus ingresos”.  La ofrenda y el ingreso deben guardar  una relación proporcionada. Por lo que se logra ver la colecta que los hermanos realizaron para los pobres de Jerusalén fue abundante, posiblemente darían más del diez por ciento.

ES UN ACTO DE REFLEXIÓN Y ENTREGA

Es un acto que se hace en actitud de reflexión, al ser un acto de adoración, el oferente se acerca a Dios meditando en lo bueno que este ha sido con él, y presenta su ofrenda con sentido de agradecimiento al Dios todopoderoso.  Este sentido nos es enseñado en las ofrendas de sacrificios que se ofrecían antes, en la era de la ley de Moisés. Ese mismo espíritu de reflexión debe estar presente cada vez que ofrecemos nuestras ofrendas al Señor.  Ofrendar no puede ser un acto automático, algo que simplemente se hace sin involucrar las emociones y el sentir profundo.

CONCLUSIÓN:

1.    Llegará un día en que nuestro dinero será inútil y sin significado. Ese día nuestra mayordomía habrá terminado. En el poco tiempo que nos queda, debemos usar nuestro dinero para ganar a otros para Cristo y ayudar al necesitado.

2. El apartar una décima parte de sus cosechas para el Señor, era muestra de la buena administración que una persona ejercía en sus posesiones. Ofrendar correctamente, dándonos a nosotros primeramente, demuestra una correcta administración y mayordomía de nuestra parte en lo que Dios nos ha confiado.
3. Hay muchos engañadores que van tras el dinero de los creyentes, Ro.16:18, lamentablemente muchos hermanos se están dejando trasquilar por estos hombres. 2P.2:3. Pero si conocemos bien el sentido y propósito cristiano de la ofrenda, jamás seremos engañados y podremos disfrutarlo cada vez que ofrendemos, además de que seremos prosperados.
4. Dios no pide que le ofrendemos porque Él esté en necesidad de lo que tenemos. Él dice: Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti; Porque mío es el mundo y su plenitud (Salmo 50:12). Sino porque con un acto como la ofrenda él puede tocar nuestras vidas y desarrollarlas al máximo.
5. Ofrendemos entregándonos totalmente a Dios, nuestros pensamientos, emociones, corazón, y luego nuestro dinero o lo que demos. Seamos generosos, porque se trata de ayudar a la causa de la predicación y el sustento del que está necesitado.









[1] Esto me recuerda la novela “Aura”, de Carlos Fuentes. Uno comienza a leer, y siente que el escritor se dirige a uno de forma directa, es como estar dialogando con el novelista. Igual esta técnica de Jesús, nos hace sentir interpelados.
[2] Según es un adverbio relativo, así como conforme, un adverbio de modo.

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