Propósito: “Trazar la ruta de la salvación por medio de cada expresión de Jesús en
la Cruz”.
Introducción:
1-
Vamos al calvario. Yo ya fui, le
invito a usted, ya que el cuadro de la cruz es demasiado grande para una sola
persona.
2-
Al pie de la cruz hay muchas
personas que se han convertido en la furiosa turba que respira odio contra
aquel que sólo hizo bienes para ellos.
3-
Nunca se predicó el evangelio en
todo su esplendor como en aquellas seis horas. La cruz del Señor es el púlpito
más elocuente de toda la historia humana, desde donde se proclama la salvación
y vida eterna para todos los hombres que quieran obedecer.
4-
Apenas le habían crucificado miró
todo el mundo de su alrededor y exclamó una suprema oración:
I- “PADRE,
PERDÓNALOS, PORQUE NO SABEN LO QUE
HACEN” Lc.23:34.
A- El
evangelista escribió “Entonces”. Jesús, inmediatamente que
lo crucificaron, ENTONCES, pidió al Padre por los pecadores. Este pedido
describe al Cristo y a los que son objeto de ese perdón
B- ¿A quién
englobaba ese plural “Perdónalos”? ¿A los sacerdotes responsables directos del asesinato del Salvador? ¿A los
romanos ejecutores del crimen? ¿A la
gente que participaba pasivamente? ¿A los discípulos que también eran
pecadores? Mas valdría la pena preguntar si habrá alguien que no necesite
esta súplica del perdón de Dios, Ef.4:32; 2Co.5:19. “No
tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados”. Porque el perdón es
precisamente eso: Borrar la causa del mal.
El que perdona no se detiene a hacer una larga lista de ofensas a
perdonar, simplemente perdona.
C- Cristo
apeló al Padre: “Padre, perdónalos”… Sólo un padre perdona por amor. Sólo un padre puede perdonar con el perdón
que olvida y anula la ofensa.
D- “No saben
lo que hacen”…Realmente no saben lo que hacen.
Cuando los hombres son violentos, no saben lo que hacen. Cuando el
marido deja a su esposa y a sus hijos por una aventura adultera y efímera,
realmente no sabe lo que hace. Cuando los hijos se rebelan contra los padres,
no saben lo que hacen. Cuando las
multitudes claman por justicia social, pero atropellan los derechos del resto,
no saben lo que hacen. LA CEGUERA ES EL PECADO
DEL HOMBRE, la ceguera espiritual.
II- “DE
CIERTO DE CIERTO TE DIGO QUE HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAÍSO”… Lc.23:43.
A- El calvario
nos muestra el mundo en pequeño en la actitud de las tres personas que están
crucificadas:
1-
La actitud
del que niega: Si tú eres el
Cristo, sálvate a ti mismo…
2-
la actitud
del que busca: Señor,
acuérdate de mí cuando vengas en tu reino…
3-
la actitud
de aquel que siempre acepta, acoge, da: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en
el Paraíso.
B- Aquel
hombre que con incredulidad habló de Jesús pudo haberse salvado con sólo
cambiar su expresión. Un simple acento y
una coma, ¡qué diferencia habría Hecho!: “Sí, tú eres el
Cristo”, certidumbre de fe. “Si tú
eres el Cristo”, expresión de duda
y condenación.
C- El
evangelio está escrito para destacar la grandeza de Cristo, y no la de los
hombres. No disminuyamos el hecho: aquel
hombre al cual Jesús dirigió estas palabras, “hoy estarás conmigo…” fue un ladrón. El poder y la generosidad de Jesús para
perdonar pecados fueron entregados a un Hombre indigno de ese perdón, pero por
pecador, también digno de recibir ese mismo perdón.
D- Este hombre
expresa claramente lo que Dios espera de los hombres: Arrepentimiento,
Hch.17:30.
E- El ladrón
describió la persona de Jesús tal y como él es en realidad: “Éste
ningún mal hizo”… El escritor de
Hebreos lo describe magistralmente al escribir:
“Porque tal
sumo sacerdote nos convenía:
Santo, inocente,
sin mancha,
apartado de
los pecadores , y hecho más
sublime que
los cielos”…
He.7:26.
F- Aquel
hombre pidió un recuerdo: “Acuérdate de mí”… Pero Cristo le
aseguró descanso para ese mismo día.
Este hombre colocó su fe en alguien que estaba en sus mismas
condiciones. Esta fue la primera alma que estuvo en paz con Dios por medio del
sacrificio de Jesús en la Cruz.
III-
“MUJER, HE AHÍ TU HIJO… HE AHÍ TU MADRE”… Jn.19:26,27.
A- Era la
última palabra que dirigía a sus seres queridos. Se preocupó, no por sí mismo, sino por los
que quedaban desamparados, a pesar de estar sufriendo los intensos dolores de
la crucifixión.
B- Jesús
comenzó adecuadamente su cuidado por los demás:
1- Atendió la
necesidad del mundo: “Perdónalos”.
2- Atendió la
necesidad más inmediata de un hombre que estaba a punto de morir: “Hoy estarás
conmigo en el paraíso”.
3- Atendió la
necesidad de su madre, a quien ni sus hijos acompañaban en la fe: “He ahí tu
hijo”.
4- Como un buen pastor, él sabe velar por nuestras
necesidades más urgentes.
IV- DIOS MÍO,
DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME HAS DESAMPARADO? Mt.27:46.
A- Nadie ha
podido comprender plenamente esta frase de Jesús. Martín Lutero quedó asombrado por esto, y
pasó mucho tiempo sin decir nada.
B- Ningún
hombre ha sido completamente abandonado por Dios. Ser abandonado por Dios es el infierno mismo.
Jesús vivió la más grande y horrible soledad.
Por esta entrega es que podemos exclamar junto al poeta:
En el
Gólgota vi levantarse una cruz
Expresión de vergüenza y dolor,
Y esa cruz infamante do muere
Jesús,
Abre en mi alma un torrente de
amor.
Tosca y ruda yo anhelo esa cruz,
Y a sus pies mis laureles llevar,
Que algún día en mansiones de luz,
Mi corona mi Dios me ha de dar.
C- La soledad
y el dolor de Jesús en el Gólgota es la forma en la que él nos trae al Reino.
V- “TENGO
SED”… Jn.19:28. Para cumplir la Escritura.
A- En esta
expresión encontramos al Jesús completamente humano, al hombre, al que sabía
llorar así como también reír. Con estas
palabras Jesús se identifica plenamente con los hombres.
B- Para poder
salvarnos tuvo que sentir lo que nosotros sentimos, y vencer en la carne a la
muerte, He.2:17. Jesús comprende todos
nuestros deseos y necesidades. La sombra
de muerte que pendía sobre nosotros, ya no nos oprime más, porque podemos
confiar en Cristo.
VI- “CONSUMADO
ES”… Jn.19:30.
A- Los planes
que Dios guardaba en su corazón desde la misma eternidad, ahora en la muerte del
Cordero en la cruz, se hacían realidad.
Dios se acercaba al hombre por iniciativa propia.
B- Nadie puede
decir que ha encontrado a Dios por si mismo, pues antes que el mundo comenzara,
ya Dios tenía un plan para usted y para mí, fue el plan que Jesús acabó en la
cruz, por eso esta frase en algunas versiones bíblicas aparece con tinta roja,
símbolo del sacrificio de sangre. La
obra de Cristo era la victoria sobre la muerte y sobre Satanás. Esa victoria ya está hecha, por eso podemos
cantar:
Percibo su angustia ya terminada,
Hecha la ofrenda de expiación,
Su noble frente, mustia, inclinada,
Y consumada mi redención.
VII-
“PADRE, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU”. Lc.23:46
A- Con las
mismas palabras se entregó a su Dios Esteban, el primer mártir, y presumimos
que queriendo imitarle. También lo hizo
Cristóbal Colón. Ambos abrieron camino a un mundo nuevo. Lo que ellos hicieron
es un pálido reflejo de la obra de Jesús por nosotros al abrirnos el camino a
la patria celestial.
B- Aquella voz
del salvador resonó por todo el
Gólgota, y su espíritu cruzó por las colinas de Jerusalén, atravesó los muros
de la ciudad, entró al templo y rasgó en dos el velo que separaba el lugar Santo del lugar santísimo, He.10:20.
C- Al lugar
santísimo sólo se entraba una vez al año en el día de la gran fiesta, el día
del perdón, el día de YONKIPUR,
Lv.16.1ss.
D- Pero ahora
el acceso al lugar santísimo, la
morada de Dios, ha quedado completamente despejado para todo aquel que quiera
entrar y reconciliarse con Dios. El paso
glorioso del Espíritu victorioso de Jesús destruyó todas las barreras entre el
hombre y su creador.
E- Concluida
la obra, sólo le quedaba descansar de ella.
Conclusión:
1-
Ya Jesús hizo todo por
nosotros. Sólo nos queda entregarnos a
él de todo corazón y encontrar en sus manos nuestro refugio para toda la
eternidad.
2-
Venga a la sombra de la cruz que
Jesús lo quiere perdonar.
3-
El caso de Dimas es de gran
importancia para usted y para mí.[2] Usted no tiene que hacer nada por su
salvación, ya Jesús lo hizo todo, pues la salvación no depende de lo que
nosotros hagamos, sino de lo que Jesús
ya hizo por nosotros. Solamente tiene
que venir al Salvador.
4-
La decisión que uno de los hombres
crucificados tomó lo condenó para siempre. La decisión que el otro tomó le dio
la salvación eterna. ¿Qué decisión
tomará usted? Venga a Jesús hoy y obtenga la salvación que él clamó para usted
estando en la cruz.
[1]
El presente sermón ha sido
adaptado y comentado del librito “Vamos al calvario”, las siete palabras de la
cruz, Arnoldo Canclini, Casa Bautista de publicaciones, quinta edición, 1983.
[2]
Cuando predique este mensaje, ilustre con la historia imaginaria del ladrón que
la tradición ha nombrado como Dimas, mostrándolo como un hombre con un trasfondo familiar bastante triste, lo que
desemboca en que este tenga una vida relacionada con la sublevación y el robo,
razón por la que le condenaron a muerte, y estando en la condición de
crucifixión, encuentra al maravilloso crucificado. Haga una historia completa
de este personaje.
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