LA LEY DE LA RESTITUCIÓN



Mira, Señor, voy a dar a los pobres la mitad de todo lo que tengo; y si le he robado algo a alguien, le devolveré cuatro veces más.
Lucas 19:8

PROPÓSITO: Instruir a los miembros a saldar sus deudas, para lograr una vida plena  y sin necesidades.

INTRODUCCIÓN:

1 - En una ocasión me llegó una cuenta de energía que claramente yo no había consumido.  Cuando fui a la oficina correspondiente buscando una explicación, me dijeron que el dueño de la casa que yo alquilaba tenía una deuda en otra de sus propiedades, la cual no había pagado, y para obligarlo a pagar, endosaron la deuda a la vivienda donde yo estaba.

2 - Este ejemplo nos muestra una ley de la vida y sobre todo una ley espiritual: cuando debemos, tenemos que pagar, ya sea en términos económicos, sociales, afectivos, etc. Si tenemos “facturas” pendientes difícilmente podremos gozar de una vida tranquila y próspera. Ni el tiempo ni el olvido pueden borrar las deudas que no han sido pagadas, solamente el pago de las mismas, nada más.

I – LA LEY DELA RESTITUCIÓN

A - Restitución, una ley de justicia social. En la antigua legislación de Moisés existía una ley muy especial, que procuraba hacer justicia a aquellos que habían sido despojados injustamente, era LA LEY DE LA RESTITUCIÓN: El Señor le dijo a Moisés: “Diles a los israelitas que en caso de que alguien, hombre o mujer, peque causándole un daño a otro, está traicionando al Señor, y es culpable.” El que hace eso deberá confesar la falta que cometió y pagar a la persona defraudada el costo del daño que le causó más una quinta parte de su valor. “Si se da el caso de que la persona ofendida ha muerto y no tiene parientes para recibir el pago, entonces ese pago se entregará al Señor.” Nm.5:5-8, PDT.

En este pasaje de Números aparecen por lo menos seis cosas de importancia:

1 - Que el daño que se causa a una persona al deberle o defraudarla, es una traición al Señor.

2 - Que hay culpabilidad por el daño causado, y por eso la responsabilidad es ineludible. Ni el tiempo ni el olvido del hombre, ofendido u ofensor, pueden borrar la culpa hasta que no se haya restituido lo defraudado.

3 - La confesión es necesaria. Mientras no se dé la confesión, no existe verdadero arrepentimiento y tampoco perdón.

4 - Restituir por el daño es imprescindible. No basta con el arrepentimiento y la confesión, es necesario devolver lo defraudado.

5 - El bien defraudado ha de ser devuelto con un interés del veinte por ciento. El defraudado recibiría multiplicados sus bienes, pues dejó de aprovecharlos en tanto que otro los tenía.

6 - En caso de no vivir la persona a la que se defraudó, ni tener esta parientes a quienes entregar lo defraudado, ha de darse al Señor la retribución, porque, como decimos en el punto uno, cualquier defraudación a una persona, es una ofensa directa al Señor. Esta cláusula de Nm.5:8 pone de manifiesto lo letal que es causar daño a otros por medio del robo o la deuda. 

B - Mientras el pasaje de Números menciona la ley de la restitución en su sentido más general, tomando como base el fraude, Éx.22:1,2 legisla específicamente para el ladrón reconocido, que actuaba con dolo en contra de los compatriotas.

“Si alguien roba un buey o una oveja, y mata o vende el animal, deberá devolver al dueño cinco bueyes por el buey robado, y cuatro ovejas por la oveja robada. Si el animal robado todavía está vivo y en poder del ladrón, éste deberá devolver al dueño dos animales. Todo ladrón deberá pagar el precio de lo que haya robado. Si no puede pagar, será vendido como esclavo para pagar lo robado.” TLA.
1 - Según este pasaje, cuando el daño es irreversible, es decir, que se ha sacrificado al animal robado, la deuda se multiplica por cuatro, o cinco según el tipo de animal. Pero si el animal no estaba muerto, el daño no era tan grave, se debía restituir dos veces lo robado, también Ex.22:7.

2 - Para ampliar lo anterior, Pablo Hoff dice en su libro “El Pentateuco: Pero no era suficiente reparar el mal hecho a su prójimo y a la sociedad: se le demandaba ofrecer en sacrificio, un carnero sin defecto como señal de pesar y arrepentimiento. El ofrecer un animal de tanto valor simbolizaba el alto costo del pecado y reavivaba el sentido de la responsabilidad delante de Dios. Hoff, (1978:175).

3 - El aspecto del sacrificio nos muestra una cosa trascendental: Dios está presente como testigo entre los hombres, y se ofende gravemente cuando uno causa daño a otro. Los sacrificios solamente son requeridos para cubrir los pecados mediante la sangre derramada, He.9:22.

II - NO BASTA EL ARREPENTIMIENTO

A - Dios no considera el solo arrepentimiento como justicia, pues el daño continúa existiendo mientras no sea eliminado por medio de la devolución. Devolver es la evidencia más grande del arrepentimiento, de hecho, es parte del arrepentimiento.

B - Este principio del Antiguo Testamento aún puede guiar hoy nuestra vida cristiana.
1 - Sería inconcebible para el creyente haber hecho un daño y no resarcir por el daño infligido.

2 - Al no restituir, estaríamos dejando facturas sin pagar, y esas facturas podrían estarnos mortificando a lo largo de nuestra vida. Un ejemplo sencillo sería: si usted, cuando no era cristiano, abusó de la confianza de alguien y tomó dinero que no le correspondía, ¿qué cree que pasó con ese asunto cuando se entregó al Señor? Esa factura aún está esperando ser  pagada, no ha sido borrada.  Solo por medio de la restitución podemos quedar libres de la deuda

C - Recientemente conversé por chat con un antiguo amigo de la juventud. Le manifesté mi preocupación por muchos pendientes económicos que dejó por acá. Sin embargo, me dijo que él se siente bien con Dios, que estaba seguro que el Señor ya lo perdonó. Por supuesto no dudo que sea un buen cristiano, pero esto no elimina la responsabilidad por las deudas sin pagar. Son miles de dólares en deudas las que dejó como estelas, muchas personas fueron defraudadas por él.

D - Entienda esto: satanás quiere que pequemos, pero también desea que no nos demos cuenta que lo hacemos. Al enemigo le ha funcionado bien esta estrategia: hacernos ignorar los males que hemos cometido. Así, sin darnos cuenta, somos culpables, sufrimos por ello, pero no nos damos cuenta dónde está el mal.

E - No por ignorar nuestras faltas, podemos librarnos de las responsabilidades, puesto que la Biblia apunta:

1 - “No se engañen, Dios no puede ser burlado”, Gá.6:7.

2 - Y nadie, aunque peque por ignorancia, sin saber que es pecado lo que hace, se puede justificar delante de Dios, Lv.5:17,18.

III - LAS TERRIBLES CONSECUENCIAS DE NO RESTITUIR

A - Cuando el profeta Natán se presentó ante David para reprenderlo por el pecado que cometió con Betsabé, el profeta denunció ante el rey a un rico avariento que quitó a un pobre la única ovejita que tenía. Al oír la denuncia, esto fue lo que dijo David:

Al oír esto, David se enojó muchísimo contra el hombre rico y le dijo a Natán: —¿Pero cómo pudo hacer eso? ¡Ese hombre no tiene sentimientos! Te juro por Dios que ahora tendrá que pagarle al pobre cuatro veces más de lo que vale la ovejita. Y además, ¡merece la muerte! 2Sm.12:5,6, TLA.
De hecho, David tuvo que sufrir su propia sentencia: el niño que David tuvo con Betsabé producto del adulterio, murió. Su hijo Amnón, el que violó a su hermana Tamar, murió asesinado por Absalón. Absalón, el más bello de los hijos del rey David, murió ajusticiado por el general Joab. Finalmente, Adonías, el hijo mayor de David murió a manos de su hermano Salomón por un complot. La sentencia que David pronunció contra sí mismo en cumplimiento de la restitución, fue cumplida al pie de la letra.

B - De todo esto, una cosa le debe quedar clara a usted: toda deuda se paga, y si usted no lo hace materialmente, es muy seguro que la vida se la cobrará.

1 - Cuando alguien no asume la responsabilidad de sus deudas y las deja para que el tiempo las borre, la vida se encarga de cobrarle, ya sea con pobreza, con endeudamiento, con aflicciones e insatisfacción, simplemente no se encuentra sosiego. ¡Es necesario restituir, para evitar las consecuencias!

2 - El sufrimiento o escasez que usted padece puede tener su origen en la falta de pago de sus deudas.

IV - BENEFICIOS PARA EL HECHOR QUE RESTITUYE

A - Esta ley restaura al hechor de manera legal y sicológica, pues sabe que ha pagado su deuda, tanto a la sociedad como a la víctima. La restauración de la paz entre el que defraudó y la víctima es cumplida por el pago por parte del deudor a la víctima. Una vez que se ha hecho este pago la víctima no tiene ningún derecho legal adicional en contra del que le debía. El asunto está legalmente arreglado. La culpa ha sido removida de la conciencia del deudor.

B - ¿Ha tenido que arreglar un asunto pendiente con alguien? ¿Cómo se ha sentido después de hacerlo? Cuando salimos de una deuda, se puede experimentar un sentimiento de tranquilidad, de paz en lo profundo del corazón. El Señor legisló de esta forma posiblemente pensando más en el ofensor que en la víctima.

V –CÓMO PAGAR LAS DEUDAS

A - Haga una lista de todas sus deudas, y un promedio de tiempo para pagarlas con el veinte por ciento de su salario mensual.

B - Notifique a sus acreedores su buena intención de pagar mostrándoles sus deudas para que ellos confirmen que será imposible pagarles como esperan, pero sí siguiendo un plan específico. Cómpreles al contado, para darles el beneficio de su compra y su promesa de pago.

C - Divida el veinte por ciento que apartó entre todos sus acreedores. Si usted paga por todo lo que compre y luego paga algo de lo que debe, será lo mejor que habrá hecho, pues es peor no pagar nunca.

D - Propóngase vivir con el 70%, pues aun pagando, debe guardar el 10% de sus ingresos.[1]

E - Evite por todos los medios adquirir préstamos para pagar otros, cancele sus deudas con lo que aparta para tal fin.

VI – CÓMO ENDEUDARSE

A - Comprando al crédito, en una tienda o a vendedores ambulantes.

B - Pidiendo prestado a gran interés.

C - Dejarse engañar por la propaganda comercial.

1 - Está en promoción.

2 - La falsa comparación de productos.

3 - Porque todos compran eso.

4 - Falsos precios en rótulos que indican supuestos descuentos.

5         - Hacernos sentir que necesitamos eso.

D - Gastando el dinero en lo que no es pan, es decir, en lo no necesario.

VII - RESTITUCIÓN, MÁS SUBLIME EN  LA GRACIA QUE EN LA LEY

A - En Romanos 13:8 Pablo ordena: “No le deban nada a nadie. La única deuda que deben tener es la de amarse unos a otros.” TLA. La segunda oración en esta idea nos enseña que las deudas no solo son referidas a los compromisos económicos, sino a los aspectos de la vida social y emocional de las personas.

B - El cristiano ha de estar solvente en todos los aspectos de su vida: si ha robado amor y tiempo de calidad a su familia, no tarde en restituir.  Si ha dejado de honrar a sus padres, apresúrese a hacerlo, la vida le puede cobrar con hijos irrespetuosos. Si les ha quitado a sus seres queridos el derecho de ser felices, nunca es tarde para dar una cuota inmensa de felicidad. Usted ha herido a su cónyuge, sus palabras partieron su corazón. Usted creyó que con unas simples palabras de arrepentimiento bastaba. Pero, si sus palabras hirieron, que sus mismas palabras sanen.

C - Hace varios años, mientras trabajaba en mi casa, apareció un joven conocido, me saludó y pidió conversar conmigo. Me extrañó mucho su visita, pues teníamos años de no vernos, y en el último encuentro tuvimos una pequeña discusión. Todavía recuerdo sus palabras como si las acabo de oír: “Bruno, vengo a pedirte perdón. La última vez que nos vimos, actué mal, vos estabas en una reunión y yo fui imprudente con lo que te dije, vengo a pedirte que disculpes mi imprudencia.” En ese momento yo quedé sorprendido por la humildad de aquel muchacho. Francamente que ya no recordaba el episodio al que hacía referencia, y tampoco me sentía ofendido por eso, sin embargo, él sintió la necesidad de disculparse.

Y usted, ¿no siente la necesidad de disculparse? ¿No siente la inquietud de ir y pedir perdón a aquellos que ha ofendido?

VIII - DIOS, EL GRAN RESTITUIDOR

A - Cabe la posibilidad que nosotros tengamos que recibir compensación por algún mal causado. Dios es nuestro gran compensador. Eso fue lo que hizo con Job después de haberle quitado todo lo que él tenía: “Dios bendijo a Job en sus últimos años más abundantemente que en los anteriores. Llegó a tener catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas. También tuvo catorce hijos y tres hijas.” Job 42:12,13, DHH. ¡Cuando tenía la mitad de esto ya era el más rico, después que Dios le restituyó, ya nadie pudo alcanzarlo!

B - Dios puede darnos una vida diferente, plena, sin incertidumbres ni necesidades, pero pueden haber muchas facturas en nuestra cuenta que satanás se ha encargado de que olvidemos.

CONCLUSIÓN:

1-  Cuando Jesús entró en la casa de Zaqueo, también entró la salvación, y como muestra de ello, aquel hombre prometió devolver lo robado y entregar la mitad de sus bienes.

2  - “Si el impío restituye la prenda robada, devuelve lo que haya robado y camina en los estatutos de la vida sin cometer iniquidad vivirá ciertamente y no morirá.” Ezequiel 33:15-16.

3 - Demuestre que usted se ha convertido, devuelva lo que no le pertenece, solo así podrá tener una vida tranquila y sin necesidades.  

4 - Pro 11:24: Quienes son generosos, reciben en abundancia; quienes ni sus deudas pagan, acaban en la miseria.



[1] Los sub-puntos de la A a la D, han sido tomados del libro “El hombre más Rico de Babilonia”.

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