2Cor.8:20,21
Hemos sido muy cuidadosos para que
nadie nos critique por la manera en que estamos manejando esta
ofrenda. Hemos tratado de hacer lo correcto, no sólo ante los ojos del
Señor, sino también ante los ojos de la gente.
INTRODUCCIÓN:
1. Me sorprendió mucho saber que una de las principales funciones de Pablo fue recaudar dinero. Existen ministerios que se encargan de recolectar dinero de congregaciones e individuos, para eso tienen a alguien especial que se encarga. Pablo hacía eso y fue muy cuidadoso al respecto. Las lecciones que nos dejó pueden servirnos mucho para implementarlas en la administración de las ofrendas de nuestras congregaciones.
2. 1Corintios 16:1-4 es el único pasaje en el NT que nos indica cómo colectaban dinero los hermanos de la iglesia apostólica. Veamos algunas lecciones generales allí
LECCIÓN UNO: LA
ADMINISTRACIÓN CORRESPONDE A VARIOS
Pablo se aseguró que en la administración de ese dinero recolectado
participaran personas de confianza para la iglesia. Cada congregación envió personas en las que
confiaba: “Elijan a algunos hermanos,
para que lleven el dinero a Jerusalén. Cuando yo llegue, los mandaré con el
dinero que ustedes hayan dado, y también con cartas, para que los hermanos de
la iglesia en Jerusalén los reciban bien.” 1Cor.16:3. Hechos 20:4 parece
referirse a los hermanos que fueron delegados para supervisar lo referente al
donativo. “Lo acompañaron [desde Corinto] hasta Asia, Sópater hijo de Pirro, de
Berea; Aristarco y Segundo, de Tesalónica; Gayo, de Derbe, y Timoteo; y de
Asia, Tíquico y Trófimo.” RVR 95. Estos hermanos pudieron ayudar en la
protección de semejante cantidad de dinero, ya sea de peligros, ladrones,
pérdida o del abuso de cualquiera de ellos sobre el dinero, como el caso de
Judas o Ananías y Safira.
Con esta estrategia
Pablo se libró de sospechas y aseguró la buena administración del dinero. Pablo
tenía muchos enemigos que bien hubieran disfrutado de señalarlo de ladrón o
estafador.
Por algún tiempo visité una congregación al sur de la Florida. La iglesia iba en declive, las ofrendas caían, los miembros se retiraban, los encargados habían tomado la decisión de cerrar y vender el edificio y pagar las deudas. Con lo sobrante planeaban comprar un lugar más pequeño y continuar reuniéndose.
Los miembros se mantenían en oración para que el Señor decidiera el rumbo de las cosas.Con el tiempo se dieron cuenta que al menos dos personas estaban actuando como "Judas", sustrayendo de la ofrenda, Jn.12:6. El encargado de contar la ofrenda lo hacía a solas, y cada domingo sustraía algunos cienes. El contador también aprovechaba para quedarse con una parte. Cuando todo fue descubierto, y los culpables puestos en su lugar, las cosas comenzaron a cambiar y la iglesia por fin se estabilizó. No hubo necesidad de tomas medidas drásticas.
Lo mismo pasó en otra congregación donde se delegó a una persona el cuido del dinero: cuando se iba a ocupar una cantidad considerable, se descubrió que todo, pero absolutamente todo, había sido saqueado. No es bueno dejar a una sola persona cuidando el dinero de todos. En este caso, no hay que ser ingenuos, porque puede ser que "dejemos al ratón cuidando el queso".
Por algún tiempo visité una congregación al sur de la Florida. La iglesia iba en declive, las ofrendas caían, los miembros se retiraban, los encargados habían tomado la decisión de cerrar y vender el edificio y pagar las deudas. Con lo sobrante planeaban comprar un lugar más pequeño y continuar reuniéndose.
Los miembros se mantenían en oración para que el Señor decidiera el rumbo de las cosas.Con el tiempo se dieron cuenta que al menos dos personas estaban actuando como "Judas", sustrayendo de la ofrenda, Jn.12:6. El encargado de contar la ofrenda lo hacía a solas, y cada domingo sustraía algunos cienes. El contador también aprovechaba para quedarse con una parte. Cuando todo fue descubierto, y los culpables puestos en su lugar, las cosas comenzaron a cambiar y la iglesia por fin se estabilizó. No hubo necesidad de tomas medidas drásticas.
Lo mismo pasó en otra congregación donde se delegó a una persona el cuido del dinero: cuando se iba a ocupar una cantidad considerable, se descubrió que todo, pero absolutamente todo, había sido saqueado. No es bueno dejar a una sola persona cuidando el dinero de todos. En este caso, no hay que ser ingenuos, porque puede ser que "dejemos al ratón cuidando el queso".
LECCIÓN DOS: SE LLEVABA UN REGISTRO DE LAS CANTIDADES
1Cor.16:3 habla de cartas de recomendación, en las cuales podía informarse
sobre la cantidad de dinero que cada emisario portaba como donativo. Nadie
llegaría simplemente con una cantidad de dinero sin un respaldo de cuánto había
donado su congregación. Seguramente en las cartas se especificaba las
cantidades y otros detalles. De esa forma Pablo no tenía que tocar
dinero alguno.
En este caso, vale siempre "comparar los número con el efectivo". Puede ser que alguien deshonesto esté reportando Buen movimiento en los números sin tener realmente las cantidades que refleje en los reportes. Hay que asegurarse, físicamente, que todo concuerde. Esta fue una gran lección de Pablo.
En este caso, vale siempre "comparar los número con el efectivo". Puede ser que alguien deshonesto esté reportando Buen movimiento en los números sin tener realmente las cantidades que refleje en los reportes. Hay que asegurarse, físicamente, que todo concuerde. Esta fue una gran lección de Pablo.
LECCIÓN TRES:
HERMANOS LLENOS DEL ESPÍRITU SANTO DEBEN ADMINISTRAR
Hay que buscar hermanos que sean llenos del Espíritu Santo, Hch.6:1-7,
aunque no se menciona directamente administradores de la ofrenda, se puede
notar que los electos eran quienes administraban los ingresos de la iglesia, ya
sea en alimentos o efectivo, pues luego hacían la distribución de alimentos
entre los hermanos pobres. Uno de los requisitos que se buscaba en ellos era este, que fueran llenos del Espíritu Santo, V.3, además que era necesario que la gente los conociera como buenas personas, y que fueran inteligentes en la administración, sabios.
Por si no se ha puesto a pensar, no solo para predicar se necesita ser lleno del Espíritu de Dios, sino también para administrar los bienes de la iglesia, según este pasaje de Hechos.
Una persona de buen testimonio, llena del Espíritu, y sabia, es alguien competente para la administración. No hay que imponer las manos a la ligera en el tema de las ofrendas de la iglesia.
Por si no se ha puesto a pensar, no solo para predicar se necesita ser lleno del Espíritu de Dios, sino también para administrar los bienes de la iglesia, según este pasaje de Hechos.
Una persona de buen testimonio, llena del Espíritu, y sabia, es alguien competente para la administración. No hay que imponer las manos a la ligera en el tema de las ofrendas de la iglesia.
LECCIÓN CUATRO:
LOS ADMINISTRADORES DEBEN TENER CONOCIMIENTOS CONTABLES
Los que manejan el dinero de la iglesia algo deben saber de administración
y contabilidad, todo con el fin de llevar en orden los balances de los
ingresos, de esa forma siempre estará listo para entregar razón en cualquier
momento que se le requiera. El orden que Pablo llevaba de la ofrenda que
colectó para los santos demuestra sus habilidades administrativas, en 2Cor.8:20
se nota este detalle. 1Ti.3:10
LECCIÓN CINCO:
LOS ENCARGADOS DE LA IGLESIA DEBEN ESTAR PENDIENTES DE LA ADMINISTRACIÓN DE
LAS OFRENDAS
Quienes están encargados de la iglesia deben estar pendientes del uso de
las ofrendas y los saldos existentes, sino lo hacen se corre el peligro que el
dinero solo exista en el papel y no físicamente. Aunque usted crea que quien
administra es el más espiritual del mundo, ha de existir un arqueo frecuente
del dinero y los registros. Cuando todo
está siendo bien administrado, el o los encargados pueden presentar su
rendición de cuentas con agrado y satisfechos de su trabajo. Este paso es importante porque no es la
primera vez que las ofrendas desaparecen y solo existen en el papel o el dinero
mengua o no es reportado correctamente. [1]
LECCIÓN SEIS:
IMPLEMENTE RENDICIÓN DE CUENTAS CONSTANTEMENTE POR MEDIO DE INFORMES
Los administradores de una congregación fiel a Jesucristo, por pequeña o
grande que sea, están en el deber de proveer periódicamente información exacta,
honesta y verificable, sin importar la
suma de las ofrendas y el uso específico de ellas. Este proceder es
altamente recomendable para evitar críticas, murmuraciones o malas
sospechas. “Evitando que nadie nos censure… procurando hacer las cosas
honradamente, no sólo delante del Señor, sino también delante de los hombres”,
2 Corintios
8:21.
LECCIÓN SIETE:
QUIEN O QUIENES ADMINISTRAN DEBEN SER PERSONAS SOLVENTES
El o los que administran deberían ser personas solventes económicamente, de
esa forma no sentirán la tentación de abusar del dinero de la iglesia. Nosotros
tenemos a una persona solvente y generosa en la administración del dinero. Los dos últimos años nos ha ido bien con ella
y hemos avanzado mucho en la estructura del templo y también hemos podido
ayudar a varias personas.
CONCLUSIÓN:
Recordemos las palabras de Jesucristo: “en lo poco has sido fiel, en lo
mucho te podré” Mt.25:21. Esto nos enseña que la buena administración es un
principio básico para la prosperidad de cualquier organización, pequeña o
grande. El manejo correcto trae consigo el desarrollo.
Es preferible que el dinero no sea administrado por el pastor o encargado
de la obra, porque no se debe depositar en una sola persona tanto poder, el de
las decisiones y el del dinero. Pero, aunque el líder no sea el responsable
directo de las ofrendas, sí es responsable de velar por la correcta
administración de las mismas.
Debemos recordar que el dueño del dinero vendrá pronto a hacer cuentas con
nosotros, a quienes ha puesto como administradores de los bienes que tiene acá
en la tierra. Mt.25:19. Si no somos diligentes en este menester, podríamos
sufrir las consecuencias por negligentes.
[1] Contar la ofrenda entre varias personas facilitará que sea bien
contada y que se reporte el ingreso real.
De esta forma la persona que cuenta la ofrenda no tiene la tentación de
contar una cantidad y reportar una menor.
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