INTRODUCCIÓN:
1. En una imagen de Mafalda se podía leer: “No es el 2014 el que tiene que ser diferente, es usted.” Cada inicio de año hacemos promesas de cambio y esperamos que las cosas se den. Pero como en la caricatura de Mafalda, no es el año el que cambia, debemos ser nosotros.
2. La Biblia está llena de referencias al cambio personal, sobre todo en las epístolas de san Pablo:
1Co 13:11 Cuando yo era niño, hablaba, pensaba y razonaba como un niño; pero al hacerme hombre, dejé atrás lo que era propio de un niño.
Flp 3:13,14 Hermanos, no digo que yo mismo ya lo haya alcanzado; lo que sí hago es olvidarme de lo que queda atrás y esforzarme por alcanzar lo que está delante, para llegar a la meta y ganar el premio celestial que Dios nos llama a recibir por medio de Cristo Jesús.
1P.2:2,3 Como niños recién nacidos, busquen con ansia la leche espiritual pura, para que por medio de ella crezcan y tengan salvación, ya que han gustado la bondad del Señor.
3. Progreso y crecimiento son la voluntad de Dios para todos nosotros. Ningún cristiano debería decir “Yo ya estoy en lo que estoy”, esto es negarse a lo que el Señor quiere para nuestras vidas.
I - ¿DÓNDE ESTÁ LA META?
A. Es una idea falsa creer que cuando hemos alcanzado algo se ha terminado el camino porque hemos llegado a la meta. Una meta solo es un punto de referencia, pero el camino continúa. La alegría no está en la meta en sí, sino en el trayecto hacia ella, con todos sus obstáculos para llegar. Cuando una persona se dedica a algo, y lo obtiene, luego queda el vacío del tiempo y el esfuerzo que invertía en ese objetivo. Al lograrlo, ya no hay más. Se acabó. Allí es donde las mentes brillantes tienen un Plan de Crecimiento Personal: Se graduó, sigue tomando cursos que actualicen sus conocimientos. Tiene un negocio, procure hacerlo crecer implementando nuevas estrategias. Tuvo una relación con muchos altibajos, aprendió y aplique la experiencia para una relación futura. En síntesis, se mantiene creciendo.
B. Haber completado su carrera o realizar por fin el plan que tenía en mente es maravilloso, pero no lo es todo. Si no quiere frustrarse en el futuro, usted debe continuar creciendo, y para lograrlo, necesita un Plan de Crecimiento Personal. Esto le permitirá mantenerse en movimientos constante y tener siempre objetivos que alcanzar.
II- LO QUE PASA CUANDO NO CRECEMOS
A. De no continuar avanzando estamos destinados al estancamiento. Esta es la razón por la cual muchísimas personas experimentan fracasos constantes: han dejado de crecer, y por lo tanto, repiten cíclicamente sus errores.
B. Muchas relaciones se rompen porque no estamos dispuestos a cambiar. Posiblemente no hemos sido promovidos porque no han visto en nosotros el desarrollo suficiente para escalar.
C. Es hora de dar pasos concretos para cambiar el mal carácter, para aprender algo más intelectualmente, para mejorar las relaciones. Mucha gente dice “es que yo no puedo”, en esos casos lo que se hace es aprender a hacer lo que no se puede.
III- ¿CÓMO INICIAR UN PLAN DE CRECIMIENTO PERSONAL?
A. Ten conciencia de la necesidad de crecer. Muchas son las personas que quieren cambiar las cosas que pasan alrededor de su vida, dejar de estar menos preocupadas, y que todo les salga bien. En realidad, quieren cambiar sus circunstancias, pero ellas no quieren cambiar. El mundo no cambia de adentro hacia afuera, sino al revés: inicia en tu interior y se proyecta a tus circunstancias.
B. Ten la voluntad de crecer. También debes tener la voluntad de crecer y dar los pasos necesarios para lograrlo. El progreso no puede darse de manera automática, lo tienes que generar. Recuerda esto: el maná ya dejó de caer, ahora hay que salir, sembrar, cultivar para cosechar. De no hacerlo, morirás de hambre. Dispón tu voluntad cada día para avanzar.
C. Conviértete en un aprendiz continuo. Una encuesta universitaria llevada a cabo hace unos años reveló que casi un tercio de todos los médicos estaba tan ocupado en su trabajo que iba dos años atrasado de los más recientes avances en su campo. ¡Que Dios ayude a sus pacientes! Si quieres ser un aprendiz continuo, ¡tienes que apartar tiempo para eso! Henry Ford dijo: “He observado que las personas con éxito avanzan durante el tiempo que otros desperdician”.
D. Sé constante. Constancia es la clave del crecimiento permanente. Para mantenerse creciendo y estar entre los mejores, hemos de ser constantes. Debemos trabajar permanentemente. Todos los días. Y cuando alcancemos la cumbre, fijemos nuestra mirada en el horizonte, para encontrar una montaña más elevada, la cual deberá ser nuestro próximo reto. Recuerda que cuando obtengas algo bueno, todavía queda algo más: lo excelente.
E. Identifica las áreas de crecimiento. ¿En qué eres bueno? ¿Cuáles son tus habilidades? Dedícate a crecer en tu potencial, con el tiempo te darás cuenta que te volverás un experto en aquello que sabes hacer, y a la vez, descubrirás nuevas habilidades que desconocía poseer. Compra libros, asiste a conferencias sobre tu especialidad, ve programas pertinentes, que te permitan crecer en el área que necesitas. Según los expertos una persona se vuelve perita en algo invirtiendo 10,000 horas en el aprendizaje de ese algo.
F. Sé sordo a la mediocridad. Escucharás aguafiestas que te dirán: no lo puedes lograr, no tienes el don, eso es imposible, etc. No permitas que nadie te ponga límites. Mantente sordo ante las “especulaciones” de los mediocres. Para el ser humano decidido y valiente no hay límites. Solo escucha tu conciencia: “Puedo hacerlo, tengo la habilidad, Dios me dio el talento, poco me falta para lograrlo.”
G. Recicla tus errores. Nadie puede crecer si no aprende, adquiriendo experiencia de las frustraciones y equivocaciones. Para eso son los errores: para enseñarnos y hacernos madurar, no para estarlos repitiendo. Imaginemos por un momento a alguien que quiere avanzar, pero hace las cosas siempre de la misma manera. Al lugar más lejos que podrá llegar es al ladrillo donde está parado. Los errores son tus aliados, aprovéchalos.
H. Nuca te detengas. Podrías llegar a pensar que tu tiempo ha pasado, o inventarte excusas como “yo ya estoy en lo que estoy”. Independientemente de tu edad, tú puedes seguir creciendo. A menos que ya no respires, no hay una razón lo suficientemente poderosa para detenerte. Y si aún eres muy joven, tienes todas las razones del mundo para crecer.
CONCLUSIÓN:
1. Sólo una vez eres joven, pero puedes ser inmaduro por tiempo indefinido. Todos los años la langosta está forzada a despojarse de su concha; y es una lástima que no nos pase lo mismo a nosotros…¡Vamos! Si no te haces responsable de tu crecimiento personal, no ocurrirá nunca. El camino hacia las cosas que merecen la pena, siempre va cuesta arriba, así que cuanto antes empieces a subir, antes llegarás a lograr el potencial que Dios tiene ordenado para ti.
2. El crecimiento es tu responsabilidad.De niño, la responsabilidad por tu crecimiento era de tus padres, ahora es tuya.
3. Si no cambiamos, no creceremos, y si no crecemos, en el fondo no vivimos. El crecimiento exige la entrega temporal de la seguridad. Significa dejar patrones familiares pero limitantes, un trabajo seguro pero ingrato, valores que ya no cuentan, y relaciones que han perdido su significado. Lo que más tememos es dar el primer paso, cuando nuestro verdadero temor debería ser lo contrario”. ¿Puedes imaginarte algo peor que vivir una vida carente de crecimiento y mejora?
4. Encuentra una manera de poner en práctica lo aprendido. ¡No permitas que el aprendizaje conduzca al conocimiento – ¡deja que te lleve a la acción! Si no cambias como resultado de lo que estás aprendiendo, es porque (a) no le das bastante atención a tu plan de crecimiento personal; (b) Estás enfocando tus obligaciones en vez de tus posibilidades; (c) No estás poniendo en práctica lo que estás aprendiendo. Has olvidado el principio de suma importancia, que dice: “Sed hacedores de la palabra y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos’ (Santiago 1:22).
5. El propósito de Dios para nuestras vidas es que seamos como Cristo
1. En una imagen de Mafalda se podía leer: “No es el 2014 el que tiene que ser diferente, es usted.” Cada inicio de año hacemos promesas de cambio y esperamos que las cosas se den. Pero como en la caricatura de Mafalda, no es el año el que cambia, debemos ser nosotros.
2. La Biblia está llena de referencias al cambio personal, sobre todo en las epístolas de san Pablo:
1Co 13:11 Cuando yo era niño, hablaba, pensaba y razonaba como un niño; pero al hacerme hombre, dejé atrás lo que era propio de un niño.
Flp 3:13,14 Hermanos, no digo que yo mismo ya lo haya alcanzado; lo que sí hago es olvidarme de lo que queda atrás y esforzarme por alcanzar lo que está delante, para llegar a la meta y ganar el premio celestial que Dios nos llama a recibir por medio de Cristo Jesús.
1P.2:2,3 Como niños recién nacidos, busquen con ansia la leche espiritual pura, para que por medio de ella crezcan y tengan salvación, ya que han gustado la bondad del Señor.
3. Progreso y crecimiento son la voluntad de Dios para todos nosotros. Ningún cristiano debería decir “Yo ya estoy en lo que estoy”, esto es negarse a lo que el Señor quiere para nuestras vidas.
I - ¿DÓNDE ESTÁ LA META?
A. Es una idea falsa creer que cuando hemos alcanzado algo se ha terminado el camino porque hemos llegado a la meta. Una meta solo es un punto de referencia, pero el camino continúa. La alegría no está en la meta en sí, sino en el trayecto hacia ella, con todos sus obstáculos para llegar. Cuando una persona se dedica a algo, y lo obtiene, luego queda el vacío del tiempo y el esfuerzo que invertía en ese objetivo. Al lograrlo, ya no hay más. Se acabó. Allí es donde las mentes brillantes tienen un Plan de Crecimiento Personal: Se graduó, sigue tomando cursos que actualicen sus conocimientos. Tiene un negocio, procure hacerlo crecer implementando nuevas estrategias. Tuvo una relación con muchos altibajos, aprendió y aplique la experiencia para una relación futura. En síntesis, se mantiene creciendo.
B. Haber completado su carrera o realizar por fin el plan que tenía en mente es maravilloso, pero no lo es todo. Si no quiere frustrarse en el futuro, usted debe continuar creciendo, y para lograrlo, necesita un Plan de Crecimiento Personal. Esto le permitirá mantenerse en movimientos constante y tener siempre objetivos que alcanzar.
II- LO QUE PASA CUANDO NO CRECEMOS
A. De no continuar avanzando estamos destinados al estancamiento. Esta es la razón por la cual muchísimas personas experimentan fracasos constantes: han dejado de crecer, y por lo tanto, repiten cíclicamente sus errores.
B. Muchas relaciones se rompen porque no estamos dispuestos a cambiar. Posiblemente no hemos sido promovidos porque no han visto en nosotros el desarrollo suficiente para escalar.
C. Es hora de dar pasos concretos para cambiar el mal carácter, para aprender algo más intelectualmente, para mejorar las relaciones. Mucha gente dice “es que yo no puedo”, en esos casos lo que se hace es aprender a hacer lo que no se puede.
III- ¿CÓMO INICIAR UN PLAN DE CRECIMIENTO PERSONAL?
A. Ten conciencia de la necesidad de crecer. Muchas son las personas que quieren cambiar las cosas que pasan alrededor de su vida, dejar de estar menos preocupadas, y que todo les salga bien. En realidad, quieren cambiar sus circunstancias, pero ellas no quieren cambiar. El mundo no cambia de adentro hacia afuera, sino al revés: inicia en tu interior y se proyecta a tus circunstancias.
B. Ten la voluntad de crecer. También debes tener la voluntad de crecer y dar los pasos necesarios para lograrlo. El progreso no puede darse de manera automática, lo tienes que generar. Recuerda esto: el maná ya dejó de caer, ahora hay que salir, sembrar, cultivar para cosechar. De no hacerlo, morirás de hambre. Dispón tu voluntad cada día para avanzar.
C. Conviértete en un aprendiz continuo. Una encuesta universitaria llevada a cabo hace unos años reveló que casi un tercio de todos los médicos estaba tan ocupado en su trabajo que iba dos años atrasado de los más recientes avances en su campo. ¡Que Dios ayude a sus pacientes! Si quieres ser un aprendiz continuo, ¡tienes que apartar tiempo para eso! Henry Ford dijo: “He observado que las personas con éxito avanzan durante el tiempo que otros desperdician”.
D. Sé constante. Constancia es la clave del crecimiento permanente. Para mantenerse creciendo y estar entre los mejores, hemos de ser constantes. Debemos trabajar permanentemente. Todos los días. Y cuando alcancemos la cumbre, fijemos nuestra mirada en el horizonte, para encontrar una montaña más elevada, la cual deberá ser nuestro próximo reto. Recuerda que cuando obtengas algo bueno, todavía queda algo más: lo excelente.
E. Identifica las áreas de crecimiento. ¿En qué eres bueno? ¿Cuáles son tus habilidades? Dedícate a crecer en tu potencial, con el tiempo te darás cuenta que te volverás un experto en aquello que sabes hacer, y a la vez, descubrirás nuevas habilidades que desconocía poseer. Compra libros, asiste a conferencias sobre tu especialidad, ve programas pertinentes, que te permitan crecer en el área que necesitas. Según los expertos una persona se vuelve perita en algo invirtiendo 10,000 horas en el aprendizaje de ese algo.
F. Sé sordo a la mediocridad. Escucharás aguafiestas que te dirán: no lo puedes lograr, no tienes el don, eso es imposible, etc. No permitas que nadie te ponga límites. Mantente sordo ante las “especulaciones” de los mediocres. Para el ser humano decidido y valiente no hay límites. Solo escucha tu conciencia: “Puedo hacerlo, tengo la habilidad, Dios me dio el talento, poco me falta para lograrlo.”
G. Recicla tus errores. Nadie puede crecer si no aprende, adquiriendo experiencia de las frustraciones y equivocaciones. Para eso son los errores: para enseñarnos y hacernos madurar, no para estarlos repitiendo. Imaginemos por un momento a alguien que quiere avanzar, pero hace las cosas siempre de la misma manera. Al lugar más lejos que podrá llegar es al ladrillo donde está parado. Los errores son tus aliados, aprovéchalos.
H. Nuca te detengas. Podrías llegar a pensar que tu tiempo ha pasado, o inventarte excusas como “yo ya estoy en lo que estoy”. Independientemente de tu edad, tú puedes seguir creciendo. A menos que ya no respires, no hay una razón lo suficientemente poderosa para detenerte. Y si aún eres muy joven, tienes todas las razones del mundo para crecer.
CONCLUSIÓN:
1. Sólo una vez eres joven, pero puedes ser inmaduro por tiempo indefinido. Todos los años la langosta está forzada a despojarse de su concha; y es una lástima que no nos pase lo mismo a nosotros…¡Vamos! Si no te haces responsable de tu crecimiento personal, no ocurrirá nunca. El camino hacia las cosas que merecen la pena, siempre va cuesta arriba, así que cuanto antes empieces a subir, antes llegarás a lograr el potencial que Dios tiene ordenado para ti.
2. El crecimiento es tu responsabilidad.De niño, la responsabilidad por tu crecimiento era de tus padres, ahora es tuya.
3. Si no cambiamos, no creceremos, y si no crecemos, en el fondo no vivimos. El crecimiento exige la entrega temporal de la seguridad. Significa dejar patrones familiares pero limitantes, un trabajo seguro pero ingrato, valores que ya no cuentan, y relaciones que han perdido su significado. Lo que más tememos es dar el primer paso, cuando nuestro verdadero temor debería ser lo contrario”. ¿Puedes imaginarte algo peor que vivir una vida carente de crecimiento y mejora?
4. Encuentra una manera de poner en práctica lo aprendido. ¡No permitas que el aprendizaje conduzca al conocimiento – ¡deja que te lleve a la acción! Si no cambias como resultado de lo que estás aprendiendo, es porque (a) no le das bastante atención a tu plan de crecimiento personal; (b) Estás enfocando tus obligaciones en vez de tus posibilidades; (c) No estás poniendo en práctica lo que estás aprendiendo. Has olvidado el principio de suma importancia, que dice: “Sed hacedores de la palabra y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos’ (Santiago 1:22).
5. El propósito de Dios para nuestras vidas es que seamos como Cristo
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