Las diferencias, ¡CUÁN SALUDABLE ES ENTENDERLAS! Cuando damos el “Sí” en el altar, lo hacemos con la esperanza de una vida feliz al lado de nuestra pareja. Sin embargo, poco a poco van apareciendo en él o ella esas cosas irritantes que no comprendemos, que nos frustran y nos hacen desesperar. Una de las causas que llevan a que un hombre y una mujer se enfrenten durante su matrimonio, es desconocer las diferencias entre ellos, tanto biológicas, físicas y sicológicas. Si comprendemos las razones por las cuales ciertas conductas son reiterativas en nuestro cónyuge, llegaremos a ser más tolerantes y a llevar la fiesta en paz, con el propósito de lograr una relación armoniosa y complementaria.
¿Ha notado que los hombres tienen los hombros más anchos que las mujeres, que las manos de él son unos dos centímetros más largas y que en general la mujer es proporcionalmente más linda físicamente que los hombres? La genética ha determinado que las mujeres tienen menos masa muscular en el tronco, respecto a los hombres, además son capaces de producir unos dos tercios de la fuerza de un hombre. Sin embargo, en la parte inferior del cuerpo, las diferencias de fuerza son menos notorias, e incluso, si se toma en cuenta la fuerza en relación a la masa muscular de que disponen las mujeres, ésta es ligeramente superior en el sexo femenino. Las mujeres tienen más estrógeno, hormona femenina que interfiere en el crecimiento muscular e incrementa la grasa corporal. Mi esposa acostumbraba decirme: “te quisiera ver pariendo un chavalo, no soportarías ese dolor”. Y tenía razón, porque ellas sienten el dolor de una forma diferente, esto es para ayudarles a lidiar con los fuertes dolores del parto y los fuertes dolores menstruales. ¡Vaya que son diferentes!
Esto nos da una gran lección: como dice el antiguo proverbio, “trátala como a un vaso frágil”. Y a ellas: él es más fuerte, y por naturaleza, quiere sentirse respetado y admirado.
¿Sabías que las mujeres hablan un promedio de 27,000 palabras al día y los hombres solo 10,000? El problema está en que cuando el hombre llega a casa, ya se gastó 9,990 de su total de palabras del día, así que conversar es más difícil para él que para ella. La mujer anglosajona ha salido del hogar a la oficina, al trabajo, etc. y ha encontrado muchas formas de comunicarse, así que en casa habla menos, es más independiente. Mientras que la mujer latina, más hogareña, espera a su esposo con sus 27 mil palabras.
Si entendemos este aspecto de las diferencias, podremos mejorar nuestra comunicación en un alto porcentaje: ella habla más, él menos. Tanto para el uno como para el otro requiere un esfuerzo de adaptación. Nadie debe ganar ni perder en este asunto, debe prevalecer la comprensión de la diferencia.
C. EN EL CAMPO SICOLÓGICO:
En una ocasión una señora me llamó asustada porque había sido agredida por antisociales. En la llamada telefónica me describió un “gran” agujero que le hicieron en el techo producto de una pedrada. Realmente se oía alarmante la situación. Llegué en pocas horas para consolarla y ofrecerle mi apoyo con su techo. Al entrar a la casa, saludé, e inmediatamente busqué el gran agujero en el techo. No vi nada, y le pregunté cuál era el agujero. Enseguida me señalaron un pequeño orificio de unos 4 centímetros de diámetro. Yo me eché a reír por el “gran agujero del techo”. Cuando la señora y su hija vieron mi gesto, lloraron. Me sentí avergonzado y les pedí perdón, sencillamente porque yo no podía visualizar la magnitud que tenía para ellas la situación que estaban atravesando.
Francamente el agujero era pequeño, pero para ellas se trataba del “inmenso agujero que las dejó durmiendo a la intemperie”. Y es que las mujeres tienden a preocuparse más que los hombres, y por eso son más proclives a la depresión y a maximizar lo que para el hombre es algo simple. Por eso, es conveniente darle más importancia a los problemas que ellas nos comunican.
¡CUIDADO! Ellas tienen una “memoria emocional de largo plazo, así que en una riña le recordarán el desatino que tuvo con ellas cuando estaban de novios 25 años atrás. Pero el hombre es diferente, mete la pata y olvida en cuestión de pocos días. Da vuelta a las páginas de la vida con más rapidez. Por esa razón, para el hombre es más fácil entrar a otra relación poco tiempo después de haber dejado una.
Dicen que las mujeres son una guía telefónica, recuerdan casi todos los números telefónicos que usted les pregunte. Si olvida un número o no lo escribió: “amor, ¿cuál es el número de…? Y enseguida tiene la respuesta. Pero una mañana la nota enojada, no le habla y le lanza unas miradas matadoras. ¿Qué te pasa, le pregunta usted? Y ella le dice, ¡Cómo es posible que te olvidaras qué día es hoy! -¿Qué día es hoy?- le pregunta, y ella responde con detalles que es el día del aniversario del primer beso que se dieron. O de repente ella dice: hoy es el cumpleaños de fulanito, de zutanito, etc. ¡Qué memoria!
Los hombres funcionan con base en objetivos, y las mujeres con base en procesos. Para el hombre las cosas se acaban cuando alcanzaron el objetivo, para las mujeres lo que importa es el proceso para obtener lo que se quiere, no la meta en sí. Ellas disfrutan el proceso, ellos los logros.
D. Y EN EL AMOR…
Llegamos al punto delicado: el amor. También presentamos diferencias emocional y sexualmente alrededor de este tema. Para seducir la mujer le da la vuelta al mundo, el hombre quiere ir al grano. En la sexualidad para la mujer es más importante el antes y el después, al hombre le interesa más el momento. Esto nos da a los hombre una buena pista para tener una vida sexual más plena con nuestra esposa: “Iniciemos la labor mucho antes que la acción”, con palabras, con una caricia, con un poco de atención, todo lo posible para que ella esté más dispuesta en el momento preciso. Si el hombre solo da énfasis a ese momento, la mujer se sentirá utilizada y no amada.
Una de las razones de la frigidez femenina es el estado emocional de la mujer hacia su esposo. Si ella se siente herida, traicionada, ofendida, difícilmente podrá estar lista para el amor, todo lo contrario, sentirá un rechazo tan grande, que puede ser mal interpretado por el varón. En millones de casos, aunque ella no quiera, le molesta que él se acerque, ella cederá, pero no obtendrá nada de la relación. ¡Cuidado con la forma en la que les hablamos o las tratamos!
Hombres, recordemos que con ella “no podemos ser directos”. En este punto es muy conveniente que el hombre se adapte a las necesidades de la mujer, y no al contrario, pues el hombre debe “conquistar” a su compañera. Si hacemos del acto del amor toda una ceremonia, ella sentirá que a su “galán” no le falta nada, y el hombre sentirá que es capaz de satisfacer plenamente a su esposa.
Por último, recordemos que los hombres son más visuales, las mujeres más auditivas. Él necesita ver a una mujer bella permanentemente, por eso, ellas deben dar mucha atención a su apariencia. Hablando de esto, un esposo complacido, comentó: “¿Por qué tengo que salir a la calle a buscar un Volkswagen, si en mi casa tengo un Cadillac”. No se podría decir mejor cuán importante es para el hombre tener una esposa que preste mucha atención a su apariencia. A ellas el amor les llega por el oído, cuidado con ser ásperos o criticones.
CONCLUSIÓN:
Mi suegro acostumbraba a decir: “están cien hombres en una casa y no pelean, pero ponen a dos mujeres en la misma casa, y se matan.” ¿Será verdad? Bueno, el asunto es que las diferencias son muy puntuales. Si embargo, debemos buscar ese estado de complementariedad que nos ofrecen las diferencias. Al comprender estos y otros puntos que hacen la diferencia, la comprensión hacia nuestra pareja aumentará, y la relación mejorará. Cuando sumamos las diferencias podemos tener un excelente resultado: la combinación perfecta
Otras diferencias:
ü Por ser monofocal, el hombre solo puede concentrarse en usa sola cosa, la mujer es multifocal, puede prestar atención a varias cosas a la vez. Por eso, cuando él ve televisión, no le gusta que lo interrumpan.
ü El hombre llega del trabajo a comer, ver tv, a la cama, etc. La mujer llega del trabajo a seguir trabajando en casa.
ü Cuando el hombre sale de viaje, se olvida del hogar. Cuando la mujer lo hace, jamás sale de él.
ü ¿Ha notado lo que cuesta que una señora salga de la casa, mientras el hombre está listo en el momento correcto? Como ellas se preocupan más que ellos, quieren dejar todo en orden minutos antes de salir.
ü Y si están en un lugar público, el hombre va rápido al baño y va solo, las mujeres van en grupo.
ü En el bolso de una señora se puede encontrar casi cualquier cosa, lo ponen todo allí. En la mochila del hombre solo lo esencial.
ü Cuando va de compras él quiere ir directo por el producto, ella repasa el supermercado entero, aunque sabe dónde están las cosas que quiere.
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