Propósito: motivar a la audiencia
al fortalecimiento del hogar por medio de consejos específicos basados en las
Escrituras.
Introducción:
1. Considero
oportuno hablar del fortalecimiento de la familia. Los tiempos actuales son
protagonistas de los peores desastres familiares que podamos imaginarnos. Ayer,
los noticieros presentaban la noticia del incremento de la violencia
intrafamiliar, mientras aparecía la imagen de una mujer sangrando, quien fue
cortada por su compañero de vida.
2. Las
iglesias no están exentas de los ataques del diablo en nuestras familias, y es
por eso que hemos de poner mucha atención a este tema, principalmente los
líderes, quienes somos más apetecidos por el enemigo. Por esto, quiero dar
algunas ideas esenciales del por qué hemos de fortalecer nuestras familias y
dar algunas ideas de cómo hacerlo.
I- ¿POR
QUÉ FORTALECER EL HOGAR?
A. Porque
el asedio del mundo sobre el hogar lo demanda.
1. En Nicaragua más del 60% de mujeres asegura
haber sido víctima de violencia por parte de sus esposos o compañeros de vida, siendo
Jalapa la comunidad, a nivel nacional, que ocupa el primer lugar en este tipo de
agresión. Las agresiones que acá se dan van desde insultos hasta navajazos.
2. Los hijos
varones testigos de la violencia en su niñez corren tres veces más
probabilidades, siendo adultos, de maltratar a sus esposas.
B. Porque
los miembros de las iglesias no están exentos de este tipo de conductas.
1. Se ha escuchado entre nosotros de hombres
golpeadores, predicadores agresores, matrimonios fracasados, hijos vueltos a
las actividades mundanas, etc. Todo esto pasa en el seno de nuestras iglesias,
lugares donde se supone que nos concentramos “la luz del mundo”, “personas que
hacemos la diferencia”.
2. Personalmente
he tratado dos casos en mi congregación de maltrato intrafamiliar y de hogares
disfuncionales.
II- ¿CÓMO
PUEDE COLABORAR LA IGLESIA CON EL HOGAR?
A. Primero,
hemos de aceptar que es una responsabilidad de la iglesia velar por los hogares
de sus miembros, procurando que en ellos se practiquen los valores cristianos.
Las instrucciones a los hogares desde el púlpito deben ser más constantes.
Perdemos el tiempo si les hablamos a nuestros miembros de asuntos doctrinales
cuando las esposas necesitan ayuda con un marido agresor e irresponsable. Las
personas necesitan escuchar predicaciones prácticas que les ofrezcan soluciones
a sus problemas cotidianos con su pareja, hijos u otros miembros del hogar.
B. Segundo,
cada congregación ha de establecer programas apuntando fortalecer el hogar, los
matrimonios. Las iglesias que más prosperan son aquellas que fomentan el
fortalecimiento del matrimonio. Nosotros hemos creado un ministerio para los
matrimonios. La relación matrimonial necesita seguimiento, asesoramiento,
oración, visitas, etc. A partir de esto, hemos visto cómo nuestros matrimonios
se fortalecen, e indiscutiblemente, muy poco falta para ver la bendición de
Dios sobre nuestra iglesia.
C. Tercero,
hemos de fomentar constantemente la esperanza de una vida mejor para nuestros
miembros, procurando que nuestros hermanos tengan una gran expectativa en
cuanto a sus matrimonios y hogares, especialmente si estos pasan dificultades.
No vamos a
poder hacer mucho en el fortalecimiento de nuestros hogares si como iglesia no
nos comprometemos directamente con el tema.
III- ¿QUÉ DEBO
HACER PARA FORTALECER MI HOGAR?
A. Los
hombres hemos de tomas el papel que nos corresponde, no solo como proveedores
del hogar, sino como orientadores y maestros del mismo. En el AT el varón actuaba como el sacerdote
del hogar, allí tenemos el caso de Job, quien hacía sacrificios por sus hijos
constantemente, Job.1:5.
1. Los
padres no debemos ser indiferentes a las cosas que pasan con nuestros hijos, el
caso de David nos muestra hasta dónde puede llegar el corazón de un hijo que ha
sido descuidado en sus demandas o necesidades, 2Sm.17:21. [1]
2. La
naturaleza del hombre lo lleva a pensar que con solo proveer para las
necesidades del hogar ya está cumpliendo con su gran deber de padre. Esto es
una equivocación enorme. como seres humanos, los miembros de la familia son
emotivos y sensibles, y necesitan cariño también.
B. Hacer
prevalecer los valores cristianos:
1. Vivir
un ambiente espiritual en nuestras casas es indispensable. En ellas no
deberíamos oír música diferente a la cristiana, los programas de televisión
deben ser selectos, y lo que leemos ha de alimentar nuestro espíritu. Una
señora me dijo una vez que no podía leer la Biblia porque casi no veía, pero en
una ocasión que la visité, la encontré leyendo el periódico auxiliándose con
dos lentes, uno sobre otro para obtener una visión clara. No debemos ignorar las escrituras, pues ellas
son las que nos proveen valores y enseñanzas apropiadas para vivir una vida
mejor.
2. Orientar
a los hijos a obedecer la escritura en sus relaciones. Uno de los fallos más
enormes de nuestras congregaciones es permitir que nuestros miembros
establezcan relaciones con personas que no son creyentes. Esto está directamente en contra de lo que
dice la Biblia, 2Cor.6:14ss. La biblia entera está llena de esta prohibición,
sin embargo, tanto la iglesia como los padres continúan permitiendo que
nuestros jóvenes se casen en yugo desigual. Incluso, los propios pastores de
las iglesias dejan que sus hijos de casen así.
3. Involucrar
a nuestros hijos en las labores congregacionales. Si nuestros hijos se comprometen con la causa
de Cristo, nos aseguraremos miembros fieles.
C. Tener
una vida de oración familiar.
1. Se
han convertido en Bestseller los libros “El poder de la Esposa que Ora” y “El
poder del Esposo que Ora”, ambos escritos por Stormie Omartian. Su contenido es
sencillo: orienta a cada cónyuge a orar por áreas determinadas en las que su
pareja necesita de la oración. Miles de personas han sido bendecidas con estas
publicaciones después de poner en práctica sus consejos.
De la misma
forma, los cónyuges necesitamos practicar este tipo de oraciones específicas
por nuestra pareja. Nadie mejor que el
cónyuge para orar por su pareja. Ya hace varios años en nuestra congregación
repartimos hojitas para que los hermanos escribieran en ellas sus peticiones.
Al final de cada culto orábamos por dichas peticiones. Varias veces me tomé el
tiempo de revisar las cosas que los hermanos pedían. Cada vez que encontraba la
de mi esposa, leía en sus peticiones una muy específica por mí. Siempre la
misma petición. En la actualidad lo que mi esposa ha pedido por años en cuanto
a mí, lo he recibido.
No solo
ayudará el orar el uno por el otro, sino el orar juntos. Jesús dijo: "Esto
les digo: Si dos de ustedes se ponen de acuerdo aquí en la tierra para pedir
algo en oración, mi Padre que está en el cielo se lo dará.” Mt.18:19. DHH.
Muchas parejas no tienen la costumbre de orar juntos, pues lo hallan difícil,
pero constantemente hacen el amor, el cual es el acto más íntimo que pueda
tener una pareja, ¿cómo podemos hacer lo más íntimo y dejar de hacer aquello
que fortalecerá en todo nuestras relaciones?
D. Si
ya estamos viviendo en un hogar lleno de problemas, como cristianos no podemos
asumir la misma conducta del mundo: ellos dejan perder sus hogares, sus
matrimonios, etc. Debemos vivir con la perspectiva que Dios puede hacer un gran
milagro con nuestro hogar y reconstruirlo. Tenemos derecho a ser felices en el
hogar, y para eso tenemos al Señor de nuestro lado.
He escuchado
muchas veces mujeres decir: “ahora sí, ya no lo aguanto más, lo voy a dejar.” Pero
siempre continúan con su pareja. Quiero aclarar que ninguna mujer debe
someterse al maltrato y agresión, sin embargo, ninguna de ellas debe actuar
como lo hacen las mujeres que no conocen al Señor, sino mantener en su corazón
la esperanza de un marido transformado y fiel, entregado al Señor. Pero la
mayoría no hace esto.
Tengo en mi
congregación una pareja que pasó por un torbellino de maltrato. Se separaron, y
estaban en el fondo del pozo. Cuando oramos y les dimos seguimiento, el barco
logró salir a flote. En la actualidad,
son diáconos de nuestra congregación.
CONCLUSIÓN.
- Un
hogar fortalecido es una iglesia fortalecida, pues el hogar es parte de la
iglesia.
- No
olvides jamás que somos luz de este mundo, lo cual indica que hemos de ser
diferentes por la calidad de vida que llevamos.
- El
Señor dijo que el diablo vino a matar, robar y destruir, Jn.10:10. Esto
indica que no descansará hasta vernos destruidos. Él quiere ver hogares
disfuncionales y divididos. De ninguna manera permitiremos estos estragos
en nuestros hogares, en Jesús somos más que vencedores.
[1]
Este pasaje muestra la ocasión en la que Absalón quiso matar a su padre para
apoderarse del trono, aunque este amaba mucho a su padre David, su profundo
resentimiento lo llevó a perder ese amor. La razón es que David era un desastre
como padre. Amnón, el hermano mayor de Absalón, violó a su hermana Tamar, así fue como Absalón mato al violador porque
su padre jamás hizo nada en cuanto a este asunto. Cuando leemos la historia
completa de Absalón, podemos darnos cuenta que la conducta de David alimentó la
amargura en el corazón de este hijo.
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