EL PODER DE LA LENGUA


Propósito: Orientar a la membrecía a usar correctamente su forma de hablar, señalando los aspectos negativos y positivos del uso de la lengua, para alcanzar una vida llena de éxito.

INTRODUCCIÓN:

  1. 1. Nadie puede vivir una vida victoriosa usando inadecuadamente su lengua.
  2. 2. Nosotros necesitamos, apresuradamente, saber y practicar el buen uso de nuestra lengua.
  3. 3. La mayoría de nosotros vive sin prestarle atención a este asunto, y esta es la razón por la cual vivimos como vivimos, ya sea bien o sea mal.

I- HAY PODER EN LA LENGUA.


A. La biblia menciona este poder, Prv.18:21: “En la lengua hay poder de vida y muerte; quienes la aman comerán de su fruto”.


B. Es comparada con un pequeño fuego destructor, Stg.3:5,6.


C. El ejemplo del pueblo de Israel demuestra cuán peligrosa puede ser la lengua cuando se le utiliza mal:

¡Ojalá hubiéramos muerto en la tierra de Egipto! ¡Ojalá hubiéramos muerto en este desierto! Nm.14:2.

Diles: "Vivo yo"--declara el SEÑOR-- "que tal como habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros. "En este desierto caerán vuestros cadáveres, todos vuestros enumerados de todos los contados de veinte años arriba, que han murmurado contra mí. "De cierto que vosotros no entraréis en la tierra en la cual juré estableceros, excepto Caleb, hijo de Jefone, y Josué, hijo de Nun.” Nm.14:28-30. LBLA.

Toda una generación se perdió porque usaron mal su lengua, fueron negativos en su forma de hablar. Lo mismo puede pasar con nosotros si no cambiamos nuestra forma de usar nuestras palabras.


II- ¿CÓMO USAMOS NUESTRAS PALABRAS?


A. Describamos expresiones propias del mal uso de la lengua:

1. No me gusta esta casa, quisiera irme…

2. Padezco de…

3. Prefiero morirme…

4. ¿Cómo estás? – mal, regular...

5. Todo me sale mal…

6. Me voy a morir del corazón…

7. Ya estoy harto de ustedes…

8. Voy a salir mal en ese examen...

9. Pedir a la congregación que mencione algunas cosas.


B. La lengua puede:

  1. 1. Herir a otros, Stg.3:9.
  2. 2. Perjudicarnos a nosotros mismos. 2Sm.1:1-16.
  3. 3. Llevarnos a la condenación, Mt.12:36.


C. “La suave respuesta quita la ira, pero la palabra áspera aumenta el furor. La lengua de los sabios embellece el conocimiento, pero la boca de los necios expresa insensatez. La lengua apacible es árbol de vida, pero la perversidad en ella es quebrantamiento de espíritu.” Pr ov. 15:1,2,4.


D. ¿Cómo podemos dar un mejor uso a nuestras palabras?


III- USANDO LA LENGUA A NUESTRO FAVOR.


A. Una breve historia nos cuenta cómo, en una misma situación, podemos actuar de diferentes maneras: la historia del sultán y el sabio:

Un Sultán soñó que había perdido todos los dientes. Después de despertar, mandó llamar a un Sabio para que interpretase su sueño. ¡Qué desgracia Mi Señor! Exclamó el Sabio! Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de Vuestra Majestad.

¡Qué insolencia! Gritó el Sultán enfurecido. ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí! Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos.

Más tarde ordenó que le trajesen a otro Sabio y le contó lo que había soñado. Este, después de escuchar al Sultán con atención, le dijo: ¡Excelso Señor! Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que sobrevivirás a todos vuestros parientes. Se iluminó el semblante del Sultán con una gran sonrisa y ordenó que le dieran cien monedas de oro. Cuando el sabio salía del Palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado: ¡No es posible! La interpretación que habéis hecho de los sueños es la misma que el primer Sabio. No entiendo por qué al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro.

Recuerda, buen amigo mío, respondió el segundo Sabio, que todo depende de la forma en el decir... uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender a comunicarse.

B. Algunas cosas que no debemos hacer con nuestra lengua:

1. No juzgar para no ser juzgados, Mt.7:1ss. Salmo.50:19-22.

2. No decir palabras obscenas, Ef.4:29.

3. Hablar mal y mentir, Sal.34.13.

C. La vida espiritual nos demanda una forma de hablar distinta a la que utiliza el mundo. Al ser luz, hemos de establecer la diferencia entre nosotros y los demás. Una primera forma de lograrlo es cambiando nuestra forma de hablar.


1. Hablemos el lenguaje de Dios, es decir, hemos de hablar la palabra de Dios.

2. Usemos palabras para bendecir a los demás, Col.4:6.

3. Usemos un lenguaje lleno de fe y optimismo.

CONCLUSIÓN:

  1. Un domingo, en una clase, un hermano pidió la palabra e hizo un comentario: “la iglesia no es un centro de beneficencia donde se atienden todas las necesidades de los hermanos. Tenemos límites, y solo podemos atender algunos pocos casos, pero no todos”. Este comentario causó malestar en algunas personas, especialmente en un anciano que se quejó por lo que el hermano había dicho. El domingo siguiente, el mismo hermano pidió la palabra y dijo: “Hermanos, el domingo anterior hice un comentario que causó daño a algunos hermanos, y como solo los ríos no se devuelven, quiero retractarme de mis palabras y pido perdón a los hermanos que se sintieron ofendidos”. Uno puede revertir las consecuencias de sus palabras por medio de las palabras, hablando con su boca lo contrario de lo que ha causado el perjuicio.
  2. La lengua es un miembro tan indómito, Stg.3:8-10, que necesitamos hacer nuestro mejor esfuerzo por disciplinarla
  3. Pidiendo que la congregación repita después de nosotros, le pedimos que prometa mejorar en su forma de utilizar las palabras, y leemos Sal.39:1 “yo había prometido cuidar mi conducta, y no pecar con mi lengua, y ponerle un freno a mis labios mientras hubiera malvados delante de mí.”[1]


[1] Ponga esta promesa en tiempo presente: “Yo prometo cuidar…” haciendo que la congregación repita después de usted.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Buen sermon, gracias lo pondre a practica en mi vida con la ayuda de Dios y lo predicare el martes proximo en el templo, gracias.