GRANDES OBREROS POR EL ESPÍRITU

El Espíritu Santo debe guiarnos en todos los aspectos de nuestra vida. Bezalel era un artista, trabajaba con oro, plata y bronce, con piedras preciosas, las cuales tallaba, también con madera y otros materiales. En el pueblo de Israel no había otro que desempeñara tan bien su trabajo como él. Por eso, se le delegó una obra tan grande como los utensilios, adornos y decoraciones del tabernáculo de Dios en el desierto, Ex.31:3-5.

¿Sabe usted cómo este hombre se convirtió en un obrero más pulido aún de lo que ya era? Porque Dios lo llenó de su Santo Espíritu, Ex.31:2-4: “Toma en cuenta que he escogido a Bezalel… y lo he llenado del Espíritu de Dios, de sabiduría, inteligencia y capacidad creativa para hacer trabajos artísticos”… Esto nos refleja una verdad importante: Que el Espíritu de Nuestro Salvador nos habilita no solo para la obra espiritual, sino también para todos los detalles de nuestra vida, incluso, en nuestro trabajo.

Podemos asegurar que una persona cristiana que se destaca por hacer bien su trabajo, está llena del Espíritu de Dios. No importa lo que seamos laboralmente hablando, carpinteros, albañiles, tipógrafos, soldadores, conductores, secretarias, profesionales, incluso amas de casa, etc., el cristiano ha de procurar ejercer toda labor bajo la dirección del Espíritu de Jesucristo, con el fin de lograr la excelencia en su oficio o profesión.

¿Cuántas veces hemos quedado mal en los trabajos? ¿Cuántas veces tratando de ganar un poco más hemos dado menor calidad de la que ofrecimos? ¿Cuántas veces hemos hecho pasar necesidades a nuestras familias por perezosos? Todo creyente que sea negligente en su trabajo, cualquiera que éste sea, está demostrando que no le da oportunidad al espíritu que trabaje seriamente en su vida. ¿Acaso no le damos lugar en nuestras vidas a Satán cuando somos negligentes en nuestro trabajo?

Veamos lo que dice la Biblia de José el patriarca: “Pero el Señor estaba con José, y le fue muy bien mientras vivía en la casa de su amo egipcio. Su amo se dio cuenta de que el Señor estaba con José, y que por eso a José le iba bien en todo.  Esto hizo que José se ganara la simpatía de su amo, que lo nombró su ayudante personal y mayordomo de su casa, y dejó a su cargo todo lo que tenía.  Desde el día en que Potifar dejó a José a cargo de su casa y de todo lo suyo, el Señor bendijo a Potifar, tanto en su casa como en el campo.  Con José al cuidado de todo lo que tenía, Potifar ya no se preocupaba más que de comer. Gn.39:2-6. ¿Era un buen obrero José? La presencia de Dios en su vida le garantizó el serlo.

¿Es usted un buen trabajador? La presencia y acción del Espíritu Santo en su vida le garantizarán el ser un buen obrero o trabajador también.

Si usted ha sufrido algún despido, o si nunca ha sido promovido en su trabajo, vale la pena que revise su conducta como trabajador, y aún más valioso será que revise cuánto espacio le está dando al Espíritu del Señor en su vida para que él tenga un control total de usted.

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