Mateo 27:19
“Y estando él sentado
en el tribunal, su mujer le mandó decir: No tengas nada que ver con ese justo;
porque hoy he padecido mucho en sueños por causa de él.”
Propósito:
Enseñar a la iglesia a valorar la
voz de advertencia que Dios envía, incluso a través de personas inesperadas, y
a ser valientes como la esposa de Pilato para levantar la voz por lo correcto,
aunque no seamos escuchados.
Introducción:
En medio del juicio más injusto
de la historia —el juicio de Jesús— aparece una mujer casi anónima pero con una
voz potente: la esposa de Pilato. No se nos dice su nombre, pero su
intervención deja una huella en la narrativa del evangelio. Ella tuvo un sueño
que la perturbó, y no guardó silencio. Le mandó un mensaje urgente a su esposo:
“No tengas nada que ver con ese justo”. Aunque su advertencia no cambió
el curso del juicio, nos enseña principios espirituales profundos:
discernimiento, valentía moral y sensibilidad espiritual.
I. SU CARÁCTER DESTACA EN MEDIO DEL SILENCIO
A. Una mujer
sensible a la voz de Dios
- El sueño que tuvo no fue común, fue “sufrimiento”
(gr. paschō, experimentar dolor).
- Dios en su soberanía puede hablar por medio de
sueños (Génesis 41:1; Mateo 1:20).
B. Una mujer
con discernimiento espiritual
- Reconoce la inocencia de Jesús: “ese justo” (gr. dikaios,
justo, recto, inocente).
- Contrasta con los líderes religiosos que no vieron
la justicia de Cristo.
C. Una mujer
con valor para intervenir
- Se atreve a interrumpir el juicio del procurador
romano.
- Su mensaje desafía a la autoridad de su esposo por
una causa mayor: la conciencia.
II. SU ADVERTENCIA NO FUE ESCUCHADA
A. Pilato
representa a los que oyen pero no obedecen
- Mateo 27:24: “viendo que nada adelantaba… se lavó
las manos”.
- Escuchó muchas voces (multitud, líderes, su
esposa), pero eligió complacer al pueblo.
B. El juicio
siguió su curso, pero la voz quedó registrada
- La voz de esta mujer quedó escrita como testimonio
eterno.
- Nos recuerda que muchas veces Dios advierte antes
del juicio.
III. LECCIONES PRÁCTICAS DE LA ESPOSA DE PILATO
A. Hay que
hablar, aunque no nos escuchen
- Dios puede usarnos para advertir, aunque la persona
no cambie.
- Ezequiel 33:7-9 enseña la responsabilidad del
atalaya.
B. La
justicia de Cristo debe ser defendida
- Llamó “justo” a quien otros llamaban “blasfemo”.
- Nuestra cultura sigue atacando a Cristo: ¿lo
defenderemos?
C. Escuchar
a quienes aman la verdad, aunque no estén al frente
- Pilato no valoró la sabiduría de su esposa.
- Dios levanta voces sabias donde menos lo esperamos.
Conclusión:
1. La esposa de Pilato no detuvo la cruz, pero su intervención
brilla como un rayo de conciencia en medio de la oscuridad del juicio.
2. Hoy, muchos siguen ignorando la voz del Espíritu y de personas
que Dios usa para advertir. Aprendamos de ella: seamos sensibles a la voz de
Dios, valientes para hablar por lo correcto, y sabios para escuchar cuando se
nos habla con temor de Dios.
3. Que no repitamos el error de Pilato, que escuchó la advertencia…
pero no la obedeció.
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